sábado, 31 de enero de 2009

23.Ene
El terremoto en la fábrica El Ángel (fotos)

Este post está basado en el testimonio de empleados de la fábrica El Ángel en Cinchona de San Miguel de Sarapiquí, Alajuela.

Fuerte vigilancia. Nunca antes la fabrica El Ángel ha estado tan custodiada. Al fondo de la calle el bus de la compañía, a la derecha vehículos que quedaron atrapados en el terremoto.

El 8 de enero

A la 1 y 21 de la tarde todo brincó. "Fuimos empujados desde abajo". Las paredes se agrietaban mientras los jarabes, siropes y jaleas volaban embarrándolo todo. Los empleados salieron corriendo en medio terremoto y fueron testigos de cómo se destruía el paisaje.

Un grupo vio como la calle en la que corrían se desplomaba, se devolvieron y frente a ellos un terraplén les bloqueó la ruta. Quedaron atrapados. A un lado la fábrica se les podía venir encima y al otro lado tenían el precipio -Gracias a Dios el terremoto paró.

En medio de la incertidumbre se dividieron en dos grupos. Los que vivían en el pueblo de Cinchona corrieron cuesta arriba y los que viven en Cariblanco, San Miguel y La Virgen corrieron en bajada. A estos últimos se unieron los que venían pasando por la carretera.



"Antes y después". La foto de la izquierda es tomada del sito web de la compañía. La de la derecha fue tomada el domingo 18/enero.

Los que subieron el kilómetro y medio se toparon, saliendo no más, con terraplenes y sin carretera. Cortaron camino por los jardines de la casa de los dueños. Bordearon el terraplén de la soda la Estrella, siguieron por un potrero y llegaron a la debastada Cinchona. Ahí se unieron a los suyos y durmieron en el fresal (lo vivido en Cinchona ya fue narrado en este blog).

El otro grupo, los que bajaron los 5 kilómetros, también hicieron una ruta de pánico (en mi opinión "de más pánico"). A la izquierda tenían la montaña falseada, en frente terraplenes y la angosta carretera agrietada, a la derecha el intimidante guindo (donde cayeron los árboles se ve el fondo). Como si fuera poco las fuertes réplicas eran constantes (en el epicentro cada réplica es como otro terremoto).

A punto de llegar a Cariblanco, en la última vuelta, descubrieron que el puente El Ángel (el mismo que el río se volvió a llevar el martes) había sido arrasado por la cabeza de agua (lodo). Hubo un debate pero concluyeron que cruzar el barreal era casi suicida. Para el grupo (principalmente compuesto por señoras) ese fue el peor momento porque, a pesar de atravesar todos los obstáculos, no podían llegar a su destino. Lo tenían en frente pero debían devolverse.

El trayecto de vuelta era peor. Ahora iban cuesta arriba, pero agravado por las fuertes réplicas, sin agua, con heridas sin tratar y la incertidumbre de no saber de la familia. Un herido muy grave estaba en ese grupo, era transportado por dos compañeros en una tabla o férula. El retorno duraría dos horas ya que el agotamiento, deshidratación y movimientos del terreno complicaban más la travesía.

Hicieron el campamento en un guayabal, un kilómetro antes de llegar a la fábrica. En unas bodeguitas de madera, utilizadas para guardar las herramientas, acomodaron a los heridos graves y mujeres con niños en brazos (recordemos que hubo personas que iban en carro y quedaron entre derrumbes).



Fotografías del 18 de enero. Aquí acamparon los empleados del Ángel. En la imagen de la izquierda don Coqui sube a Cinchona, al fondo se ve lo que creo que es el Cerro Congo. A la derecha la casita que sirvió de refugio para heridos y señoras con bebés en brazos.

Por medio de celulares, rumores de gente que se topó con otra gente en la calle y un radio de baterías se enteraron de un fuerte temblor en Poás. Vieron pasar un helicóptero, hicieron señas... y se sentaron a esperar. Al caer la tarde organizaron un grupo para ir a la fábrica a traer baldes con agua. Los señores que tomaron la misión de traer agua caminaron ida y vuelta por la parte más alta, falseada e intimidante de la carretera. No dejo de lado que tuvieron que entrar a la dañada estructura para buscar y llenar los baldes.





Intimidante. Tramos de la calle cayeron al precipio. Parte de la fábrica cayó a la calle. Ahora se puede ver el río Sarapiquí (clickee para agrandar)

Durante la noche uno de los dueños trajo galletas y sirope. Esa sería la única comida entre el almuerzo de aquel mediodía y la llegada a San Miguel de Sarapiquí, al día siguiente. Como dato curioso ninguno de los empleados con los que conversé sabe de dónde salió ni para dónde se fue el señor que les llevó las provisiones. Según ellos podría haber estado en una de las casas con los otros dueños, pero éstas habían quedado dañadas.

Entrada la noche hicieron fuego para calentarse y protegerse ya que se escuchaba el coyote. Luego enfrentarían el frío porque la temperatura descendió y llovió. Un par de focos eran tratados como el mejor tesoro. En la madrugada, en lo peor del frío, pegaron espalda con espalda, sentados en círculos, para tratar de calentarse. Oración, llanto y desesperación rompían el silencio.

En la mañana llegó un grupo de rescate. Les dijeron que debían cruzar el río El Ángel porque el transporte aéreo era para Cinchona, que solo podían llevarse a los heridos graves. Eso mermó el grupo porque hubo señoras que bajaron otra vez para cruzar el lodasal agarradas de mecates. El resto se quedó en el sitio a ver qué pasaba.

Entrada la mañana inició el rescate aéreo. Una empleada con entrenamiento en primeros auxilios se encargó de hacer la lista de evacuación y administraba la fila. En los primeros vuelos mandó a sus familiares hasta que sobrevino la protesta y , sin perder la decencia, hubo enjaches así como una reorganización de la fila.

El vuelo Cinchona-San Miguel dura de 2 a 3 minutos. Más o menos a las 3 de la tarde salió el último grupo en helicóptero.

Fuente: Ciencia Ficción con Julio Córdoba.
23.Ene

Torres de vajilla que salieron volando el jueves 8 de enero en Chubascos.


Es la 1 y 20 de la tarde. Justo la misma hora en que hace dos semanas viví el terremoto.
Hasta la palabra me suena a exageración.. Y es que puedo decir que sentí un temblor, luego otro, luego otro…pero cuando digo: sentí un terremoto todavía me suena medio irreal. Ni sé.
No me he puesto a repasar el momento.
Voy a intentarlo, porque lo necesito.
Me fui yo ese jueves 8 de enero para Chubascos porque necesitaba revisar la contabilidad del restaurante. Había pasado todo el fin de año en Montezuma, en la playa y sabíamos que el negocio se había movido bien. Hubo bastante clientela llegando allá durante los días que mantuvimos abiertos.

Y es que imagínense el lujo. Tener un negocio de alimentos y bebidas, y que en las fechas de fin de año uno pueda irse a descansar, de vacaciones, mientras el negocio sigue abierto atendido por el personal, y que la gente a uno le cuente que la comida estuvo rica, que la gente estaba atendiendo bien. ¿ Cuál dueño de restaurante puede darse ese lujo?

Pues ese lujo nos lo dimos Inti, Lucía, Camilo y yo. Los cuatro dueños de Chubacos. Allá Carlos y todo el personal sabía que hacer. Carlos es el administrador y el resto de los empleados y empleadas : Mayra, María Isabel, Alina, Luis, Héctor, Julio, Maribel, Lourdes, Margoth, Max, Steven, Lorena, Katia, Francis, Ana Eugenia, Yensi, Teresa, Gineth, Henry y Luis saben siempre qué hacer y lo hacen bien. No son perfectos. No. Pero tienen puesta la camiseta de Chubascos. Son un equipo que funciona. Y el fin de año funcionó y muy bien. ¿ qué significa eso? Buenos ingresos, buenos salarios, más dinero para mejorar las instalaciones y equipos, más propina para todo el mundo ( los saloneros la comparten con la cocina), más satisfacción. Orgullo propio. Autoestima.

Entonces el jueves subí a hacer cuentas para ver cuánto de utilidades podíamos sacar los socios. La cuesta de enero nos anunciaba necesidades y bueno…para eso tenemos un negocio. Llegué , saludé a los que estaban ese día: Carlos, Lorena, Alina, Katia, María Isabel, Luis y Mayra. El saludo como siempre: “Felíz Año”, un beso y un abrazo. Ahi me contaron lo cansados y cansadas que estaban pero con la satisfacción del deber cumplido.

Me acompañó Carlos Luis con dos de sus amigas, Jimena y Ana Lucía, que por primera vez visitaban el lugar. Mientras ellos se sentaban a almorzar, Carlos el administrador, y yo conversábamos en una mesa de la terraza sobre unas fotos que yo le había tomado a las comidas….ahí iba yo, día por día, revisando los ingresos, las cuentas por pagar, que estuvieran hechos los depósitos…..y bueno, iba por el 18 de diciembre cuando, frente a esta misma compu de la que escribo, comencé a sentir un temblor.

Generalmente no les hago caso. No me dan miedo los temblores. Bueno, mejor corrijo: no me DABAN miedo. Porque yo siempre los había sentido y esperaba expectante que pasaran. Nada más. He sentido muchísimos. En Costa Rica tiembla bastante. Entonces eso intenté hacer esta vez, pero aquello era rarísimo, cada vez más fuerte. Yo llegué a sentir movimientos horizontales y verticales, como de brincos hacía arriba. Luego las aspas de los ventiladores todas torcidas nos confirmaron que en algún momento habían pegado en el techo. Nunca vi nada igual.
Lo cierto es que salí corriendo para la zona verde, la salida más próxima eran unas gradas que no se usan y que están llenas de macetas, y por eso también de musguito por la humedad…por allí rodé, porque me caí, me volví a levantar, me volví a caer. Recuerdo que en esas fracciones de segundo pensaba que dónde estaría Carlos Luis. Por suerte no habían bajado al río. ( nadie en Chubascos desde ese día se ha atrevido a bajar hasta allá, un temblor allá abajo….Ni quiera Dios!)
En la zona verde…todos nos íbamos juntando, incluso los grupos de clientes que estaban allí, que estaban divididos en tres mesas, todas de la terraza, por dicha.

Allí ya me abracé con Charlie y las chiquillas…con las empledas, con Carlos, con todas. Con afán de tranquilizar a las que lloraban asustadas me acerqué a una monja que venía con una familia, con su hábito todo chorreado de frijoles. “Por dicha esta señora está aquí con nosotros, para darnos paz” fue lo que se me ocurrió decir y traté de hacer un círculo con ella, abrazarnos a ella, pero la monja no se dió por aludida, estaba tan asustada como el resto, nos ignoró y se puso a rezar uno de esos rezos que más atarantan que consuelan o tranquilizan. Ella estaba con su familia. No con nosotros.

Katia se sostenía el brazo que sangraba, era urgente atender eso. Saliendo de la cocina le había caído un vidrio . Alguien trajo un mantel y con eso intentábamos pararle la hemorragia….Recuerdo que Luis corría y Carlos intentaba llamar una ambulancia. Los teléfonos no servían. Estábamos demasiado atarantados. Lorena gritaba “mis chiquitos, mis chiquitos”, Alina con los ojos pelados. Alguien recordó que Héctor andaba viendo la paja de agua arriba del río, por el cauce y nos preocupó mucho…vimos desplomarse unos árboles en la colina del otro lado del río. María Isabel cogió su moto y se fué para su casa desesperada para ver cómo estaba su chiquita. Luego supimos que tuvo que dejar la moto botada ( le pidió a un señor que se la cuidara) y tuvo que seguir entre derrumbes a pie. Por dicha ella no tuvo problema en su casa.
Fueron momentos de angustia. Minutos. Ni sé cuántos….comenzamos a tomar decisiones. Mientras tanto volvía a temblar a cada rato. Era vital sacar a Katia, y con ella , que se fueran las que pudieran para su casa. La angustia de las madres era saber cómo estaban sus hijos. Yo pensaba en mi hermano Manuel y su familia, que yo no sabía que no estaban en Jaulares. Igual en mi otro hermano, Camilo, que me habían contado que había subido temprano de paseo con sus suegros y toda su familia…andaban de paseo, no sabíamos bien dónde.
Carlos se las llevó en mi carro. A la vuelta supimos que estábamos encerrados entre derrumbes, que no había salida ni por arriba ni por abajo, que no había paso hacia Jaulares ni hacia Dulce Nombre. Carlos pudo llegar hasta poquito abajo. Allá dejó a Katia que por dicha vivía cerca. Luego supimos que la pobre llegó a su casa herida para encontrarse con que todo allá lo había perdido. Mayra se quedó con nosotros. Tenía claro que no podía bajar mucho y si se iba tendría que seguir sola, quien sabe cómo hasta Alajuela.
Los vecinos de enfrente llegaron para resguardarse de los temblores que seguían. Seguía temblando a cada rato. Ya con el temblor como número siete yo comencé a tener miedo. Pero fui cuidadosa de no evidenciarlo. De alguna manera me tocó ser capitana de aquel barco…mantener el orden y la tranquilidad. No podía ponerme loca ni atarantada yo.
Aún así todo lo recuerdo muy caótico, las líneas estaban super saturadas. A veces nos lográbamos comunicar y al momento se cortaba. Mientras tanto nos acercamos para ver qué había pasado en el restaurante. Pero cada vez que entrábamos volvía a temblar y sonaba terrible y nos daba miedo. Por suerte teníamos un avisador. Un perrito que de repente ladraba y entonces nos quedábamos esperando y temblaba. El sentía cuando se venía otro movimiento. El gringo me pedía vino, yo le decía que cogiera. Se tomó 4 botellas y me puso 40.000 colones en el bolso. No permitía que yo no le cobrara. La monja queria algo de tomar, yo le decía que si ella se atrevía a entrar fuera y cogiera lo que quisiera….que ya el chinamo estaba cerrado. Nadie quería entrar al local. En la zona verde nos sentíamos más seguros, porque es planita y grande.
Aún así, Carlos fue y me trajo la compu, Charlie me sacó el bolso y la jacket….pero igual les pasaba, estando adentro volvía a temblar y salían corriendo de nuevo para afuera. Así fuimos sacando agua, un cheese cake porque teníamos hambre, una botella de rompope….ya ni me acuerdo qué más. La monja antojada de todo nos venía a pedir y eso que ya había almorzado. Con semejante menú a mi al ratito me cogieron agruras.
Por la gente que pasaba , por teléfono y por la radio nos fuimos dando cuenta primero la de los derrumbes. Los vecinos pasaban informando y preguntando si todo estaba bien. Se comenzaba a sentir esa solidaridad que se desata en las tragedias. Decenas de personas bajaban apuradas por la carretera sin decir nada. Solo nos intercambiábamos miradas de consuelo….todo el mundo quería regresar a su casa. Muchos y muchas llegaron a encontrar todo destruído. Tanta gente humilde afectada. Eran los trabajadores y trabajadoras de las fincas de helechos de arriba de Jaulares que tuvieron que caminar bastante y sortear un enorme derrumbe sobre el puente para avanzar.
El gringo y sus acompañantes se tomaron cuatro. Tomaban y tomaban y eso les permitió pasarla bien. Las chicas recogían flores de los floreros quebrados y nos las repartían. A alguna gente nos hacía gracia , a otra no.

Una familia protegía a sus niños. Ellos se portaron muy tranquilos. Otra pareja también.
Pero una señora gritaba totalmente histérica y fuera de sí. Le pedía “Al Señor” que parara aquello y no se ensañara tanto con ella. Todo lo que gritaba partía de una relación única entre ella y Dios, quien a su entender era quien estaba moviendo la tierra a su antojo como viejo caprichoso. “No me hagás esto”, “¿ por qué me haces esto, Señor” “No lo soporto” , era terrible, no solo por los gritos que pegaba. Pobrecita. Sino por esa actitud como del centro del mundo, como si nadie más que ella sufriera o estuviera asustada. “Es que es operada del corazón”. Su familia nos explicaba preocupada pero con ganas de darle una cachetada para que parara aquello. Yo misma, con cariño y abrazándola le pedí que por favor no hiciera más eso, que estaba asustando a los niños y a las niñas, que nuestro deber como adultas era protegerlos a ellos, que se tranquilizara porque los niños merecían ese espectáculo. No hubo manera. Ella paró sus gritos cuando quiso. Fue desesperante, no sé si más que los temblores. Gritó y lloró como loca como por dos horas.
Mientras tanto todo el resto de las personas estuvimos ecuánimes y con bastante serenidad.
Ximena y Ana Lucía se pusieron el Ipod para oír música…cantaban y bailaban para tranquilizarse. La verdad las chicas estuvieron muy valientes y Carlos Luis también. Se acercaron a los niños, se sentaron con ellos, hicieron puñito para entretenerlos. Así pasamos como unas 2 horas, hasta que se iba haciendo tarde.
Antitos ya nos había llegado la noticia de las tres niñas muertas de la zona. Las dos vendedoras de cajetas que apenas el día anterior habían estado en Chubascos y la otra niña que se había quedado en su casa, en un precario que sufrió mucho daño por cuanto las casas fueron construidas en un camino publico entre dos taludes de tierra…al desplomarse la tierra cayó sobre las casitas, muy probremente construidas. Allí vivían varios de los empleados y empleadas de Chubascos, entre ellos Héctor y Ana Eugenia, dos de nuestros colaboradores que se quedaron sin casa. Ahí sí hubo lágrimas. Carlos y Mayra no pudieron contenerlas. Estaban consternados.
Seguíamos preocupados por Héctor. No sabíamos nada de él, tampoco de mis hermanos y sus familias.

Luis estaba bastante alterado, quería ir a su casa . Se fue caminando. Al ratito volvió tarnquilo porque su familia estaba bien. Se había encontrado a los chiquitos y a la esposa trepados en una lomita. A salvo. Llegó también blanca como un papel Carolina, la novia de Carlos. Nos contó de los derrumbes, de los destrozos de Dulce Nombre. Nos confirmó lo de las niñas. Lloraba. Yo intentaba hacer llamados a la calma.Carlos se comenzó a inquietar. Mientras tanto, ya habíamos visto que en el restaurante todo se había caído por dentro. Los enfriadores, las vajilas, las ollas, la cristalería, las botellas, todo…todo se había caído. Todos los vinos, no se podía caminar por dentro. Aquello era un desastre…y en al terraza además todo con restos de comida, ni qué decir en la cocina, donde el agua caliente de los baños maría también se había regado y de los tanques se salieron todos los picadillos, la carne, los plátanos…los tarros de natilla y salsas…un desastre de verdad. Algo que uno ni sabía como recogerlo. Se quebraron las vajillas, los vidrios, la cristalería. Casi todo.

En eso pasó una ambulancia que atendió el nervioso estado de la señora y un cruzrojista nos dijo que nos preparáramos para pasar la noche allí, ya que era una imprudencia bajar hacia Alajuela. Allí yo me puse a pensar que quedarse allí, en aquellas condiciones era deprimente, además iba a hacer mucho frío y no estábamos preparados…¿ y si llovía? Yo ni loca me iba a meter al restaurante porque seguía temblando… Mientras tanto los padres y madres de las amigas de Carlos Luis seguían llamando. Ya habían comenzado a pasar las noticias por la tele y se habían alarmado mucho. Le dije a Mayra que se fuera…que saliera a pie, que pidiera ride…me dijo que no, que ella se quedaba con nosotros, que sola no saldría, “que si se moría nos moríamos todos juntos”. A ratos el drama nos daba hasta risa. No imaginábamos la dimensión de lo ocurrido. Estábamos como en schock.

Nos debatimos largo rato entre salir o no salir. Pensamos salir a pie. Yo pensaba, tomaba una decisión, la decía en voz alta, y luego me cuestionaba también en voz alta. Nadie sabía qué decidir. Me resonaban las palabras del señor de la Cruz Roja. No sabía qué hacer. Le pedí a Carlos que nos fuera a dejar en el carro y se lo trajera. Luego nos dijeron que quizá por unas fincas podríamos salir. Decidimos ponerle unos manteles encima a las pocas botellas de vino que quedaban y dejar aquello así como estaba pero que cada personas hiciera lo posible para irse para su casa. Cada familia debía estar unida. La decisión fue dejar el restaurante solo. Sacamos algunas cosas de valor y las metimos en la casa del guarda. Saliendo nos contaron que podíamos quizá salir por unas fincas de helechos, por debajo de los saranes. Entonces me devolví a dejar a Carlos y un derrumbe no nos dejó pasar, eso lo sentí como un mensaje de que no debía devolverme más..rapidito encontramos otro carro para que le hiciera ride para que fuera a recoger a Carolina y a la moto y así comenzamos a manejar por entre la finca. Adelante iba el gringo, las muchachas y su chofer en un Mercedes Benz. Yo pensaba que por donde pasara el Mercedes yo iba a poder pasar, ya que mi carro es un automóvil Almera bajito. Y así, buscando entre verdaderos laberintos y a través de caminos de tierra llenos de piedras, derrumbs, ramas y huecos fuimos saliendo pegando la panza. El carro se me portó tan bien. Me impresionó.
Encontramos la salida en Dulce Nombre. Buscamos la casa de Carolina a buscar el teléfono ( que no servía) para ver si mi hermana Inti había subido a recogernos, como en algún momento lo habíamos hablado entendiendo que íbamos a bajar a pie, y aproveché para pedirle a la señora que me prestara el baño, tenía horas de estarme, además, orinando. Pasamos entre todo en el suelo, todo, todo en la casa estaba en el suelo…un ambiente terrible….la gente en la calle, la señora amablemente me dice que si y me abre la puerta del baño….allí nos dimos cuenta que un mueble de encima del inodoro había caído encima de él y no se podía entrar tampoco allí. Nos despedimos. La gente muy asustada, expectante. Todo el mundo en la calle.
Fueron como horas en que nadie sabía que hacer. Bueno, nosotros sí…nosotros queríamos bajar de allí, Llegar a Alajuela.

En el carro bajamos juntos Carlos Luis, Jimena, Ana Lucía , Mayra y yo. De camino divisamos un precioso arco iris. enorme. precioso, como a la altura de la Casa del Café, antes de llegar al negocio conocido como La Chaparrita.

Al ir bajando por Cuesta de Pilas yo iba pensando en aquellos guindos y viendo hacia arriba las montañas que sentía se podían caer en cualquier momento. Yo iba con mucho miedo pero seguía disimulándolo. Sentía el deber de mantener la tranquilidad. A esa altura, desde donde se puede ver una vista del Valle Central nos sorprendió el color del cielo: era ocre. Luego siento que quizá era tanto polvo, tanta tierra colorada que se había movido y que había levantado unas nubes de polvo de ese color…pero era como una capa espesa, amarillenta, detenida. Nada bonito. Sobrecogedor. Raro.

Al llegar a Alajuela nos recibieron con cariño Lucía, Maco, Inti, los chiquillos, las chiquillas de Camilo….la verdad cada abrazo lo dí como el más preciado. Los amo tanto, las amo tanto, sentí ese amor profundo por la gente de mi familia, tenía tantas ganas de verles la sonrisa. Fui al baño. Allí, en silencio, sola, lloré por primera vez. Me solté. Necesitaba llorar.

Luego conté cómo había quedado aquello. Camilo llegó muy nervioso a recoger a sus hijas, que viven a la par, ya ellas nos habían contado cómo el terremoto les había cogido en el Volcán Poás, y cómo su papá había bajado cortando ramas y sorteando grietas y derrumbes de la carretera. Ellos lograron salir por San Pedro de Poás, por el mismo camino por el que mi otro hermano Manuel y su familia subieron , ya que estaban ese día en la Isla Venado en el Golfo de Nicoya de Vacaciones. El negocio de ellos, Jaulares, también quedó con muchos destrozos y la casa que habitan, a la par, también. Camilo no queria que sus hijas vieran por la tele las noticias. No quería que se asustaran más de la cuenta.

Desde ese día, he llorado muchas veces. Son llantos raros, rápidos, que así como vienen se van, surgen de repente, sin ton ni son, y en cualquier momento y lugar. Desde hace dos semanas por todo lloro.

Fui a dejar a las muchachas a las casas. A Los Arcos y a Rohrmoser, cuando llegamos a nuestra casa, fue el cielo. Acá no había pasado nada. Solo se habian caído unos discos. Carlos Luis los juntó. Yo me sentí felíz de estar aquí. Este es nuestro hogar y acá tenemos cama y protección.
Todavía yo ni me podía imaginar que tanta gente se había quedado sin casa. Mucho menos sabía de tantos muertos ni toda la destrucción de Cinchona, Varablanca y Carrizal.
Al día siguiente pasaron más cosas. Intentaré seguir el relato mañana.
Luego seguiré.

PERO ESTO NO ES NADA A LA PAR DE ESTO OTRO.
Fuente: Julia Ardón.

Niñas de Fraijanes con juguetes donados. Foto por Batichango y Diamela.

¿Para qué sirve un terremoto?

La única riqueza que hay es lo que un ser humano sea capaz de hacer por otro

El 2009 no se anda por las ramas: primero nos promete catástrofes económicas, luego nos proporciona catástrofes naturales. Nos obliga a mirar a la cara nuestra fragilidad. Nadie pudo dejar de sentir por un momento que ese niño que enterraban era el suyo. O ese padre que desenterraban. Donde hubo gente inocente que se ganaba la vida honradamente, tierra y escombro y la visión surrealista de la cúspide de un techo de dos aguas emergiendo del suelo. ¿Para qué? ¿Para qué sirve el dolor? Para lo que sirve: para aprender a evitar aquello que lo causa, para mostrarnos la dimensión de nuestro daño, para decirnos cuánto mide nuestra fortaleza.

¿Para qué sirve un terremoto que arrastra consigo vidas irreparables, bosques irreparables, riquezas irreparables? Para recordarnos nuestra propia vulnerabilidad y enseñarnos a prevenirla. ¿Qué habría pasado, por ejemplo, si el sismo hubiera tenido lugar en la gran área metropolitana? ¿Cuál habría sido nuestra capacidad de respuesta? ¿Estamos, como país, preparados para una emergencia de semejante magnitud? ¿Y en casa? ¿Saben qué hacer los niños? ¿Sabemos qué hacer nosotros?

¿Para qué sirve un terremoto? Para conocer mejor el mundo: desde aquel que aprovecha las circunstancias para obtener ganancias lucrando con la desesperación ajena, hasta la ciudadana extranjera furibunda que la emprende indignada contra quien no debe, incapaz de comprender cómo en la geografía de la desgracia su pasaporte no le concede su sempiterna superioridad.

Para medir la estatura real de las personas por el tamaño de su entrega: voluntarios, socorristas, cruzrojistas, bomberos (todas esas palabras buenas que tiene el diccionario), los que dieron comida, los que dieron abrigo, los que dieron consuelo.

Y una sola lección: la única riqueza que existe es lo que un ser humano sea capaz de hacer por otro. El resto es oropel.

¿Para qué sirve un terremoto? Para no olvidar que podemos morir en cualquier momento, que la vida es ahora y puede que sea escasa y no hay que dilapidarla en tonterías.

En limpio se escribe la vida, como dijo con poesía Daisy Zamora. Para no olvidar que tenemos a los que tenemos, pero que podemos perderlos, y que no hay que descuidarlos por tonterías.

Y que lo único que puede salvarnos de la crueldad del capitalismo salvaje o de las consecuencias de la furia de la tierra, cabe en otra palabra hermosa del diccionario: solidaridad. Amor al prójimo, como diría un creyente. O más simplemente, amor por los demás.

Fuente: PROA, La Nación

Fuente: Julia Ardón.

21.Ene
UN TECHO PARA MI PAÍS CONSTRUIRÁ 200 VIVIENDAS DE EMERGENCIA JUNTO A DAMNIFICADOS POR TERREMOTO EN COSTA RICA

En coordinación con autoridades gubernamentales, más el apoyo de la empresa privada, la organización construirá cuatro campamentos provisionales, en conjunto con las familias que aún permanecen en albergues. Un Techo para mi País es una organización que se hace cargo de la realidad de nuestra región y trabaja con las familias más pobres del continente. Pero en situaciones como las que esta pasando en Costa Rica reitera el compromiso que tiene con las comunidades afectadas por los fenómenos naturales.

21/01/2009
La Organización No Gubernamental Un Techo para mi País Costa Rica (UTPMP-CR) es la entidad encargada de iniciar las primeras labores de reconstrucción en las zonas afectadas por el terremoto. Construirá 200 viviendas de emergencia distribuidas en cuatro campamentos (50 cada uno).

UTPMP CR hizo un ofrecimiento de apoyo a las autoridades estatales. Luego de varias reuniones se logró establecer un plan de trabajo conjunto entre ambas instancias y el sector privado, mismo que financiará las construcciones.

"Un Techo para mi País trabaja atendiendo una emergencia que se vive todos los días en nuestro país: la pobreza extrema. Pero ante eventualidades como la ocurrida activamos nuestro "protocolo de emergencia" mediante el cual llevamos ayuda concreta e inmediata a las comunidades devastadas", destacó Patricio Morera, Director Social de Un Techo para mi País Costa Rica.

Las viviendas de emergencia son módulos habitacionales de 18 metros cuadrados, de madera de pino y que están montadas sobre pilotes. "Este modelo de vivienda nos permite construir de forma masiva, en dos días de trabajo con mano de obra voluntaria. Por ello, hacemos un llamado a todos los jóvenes a unirse a nuestra labor", comentó Morera.

Desde la oficina central de Un Techo para mi País, el Director Social, Claudio Castro, comenta: "Los 14 países donde está presente UTPMP se suman a los esfuerzos que el equipo de Costa Rica ha iniciado para apoyar a las familias damnificadas por el terremoto. La solidaridad latinoamericana se expresa frente a este tipo de emergencias, y los jóvenes de UTPMP estamos dispuestos a trabajar no sólo ahora, sino que siempre, por construir un continente más justo".

Del albergue al campamento

Las viviendas de emergencia estarán ubicadas en campamentos diseñados por ingenieros del Ministerio de Vivienda. Las autoridades correspondientes proveerán de servicios básicos (agua, electricidad y servicios de salud) que se compartirán de forma comunitaria. Esta es una solución temporal mientras se logra otorgar una vivienda definitiva a las familias.

Antecedentes de UTPMP en situaciones de emergencia

En la historia reciente de Un Techo para mi País, la organización intervino en dos episodios de desastres naturales en Latinoamérica.

El 15 de agosto del 2007, un terremoto de 7.9 grados afectó a Perú, principalmente en la ciudad de Pisco, Chincha e Ica. Días después del terremoto UTPMP Perú comenzó una campaña mediática para recaudar fondos y con ellos contribuir a la reconstrucción de la zona de catástrofe. Con eso, el equipo construyó 441 viviendas de emergencia en 5 semanas. En total fueron cerca de 1500 casas en la zona damnificada.

Un Techo para mi País también intervino en la inundación ocurrida en octubre del 2007 en Tabasco, México. Durante el primer semestre del 2008, más de 350 familias afectadas por el desastre natural construyeron en conjunto con los voluntarios las viviendas de emergencia. Con esas acciones UTPMP reitera el compromiso que tiene con las comunidades afectadas por los fenómenos naturales.

Apoyo a Costa Rica

Todos los aportes en dinero se están canalizando a través de la página web de la ONG www.untechoparamipais.org . Al entrar al sitio haz clic en el banner alusivo al terremoto en Costa Rica y realiza tu aporte en dólares americanos. Con tu donación más familias podrán contar con una vivienda de emergencia!.

Fuente: Un techo para mi país.
21.Ene
Estructuras paralelas en fondos de emergencia

DIPUTADO MERINO ADVIERTE SOBRE PELIGRO DE ESTRUCTURAS PARALELAS EN USO DE FONDOS DE EMERGENCIA

Intervención del diputado del Frente Amplio, José Merino, en la sesión parlamentaria del martes 20 de enero

Le dimos el voto afirmativo en el trámite de primer debate a este empréstito por 65 millones de dólares para enfrentar la emergencia del terremoto, y advertimos que era una situación de emergencia que ameritaba este trámite rápido trámite rápido que esta Asamblea le está dando a este proyecto, pero que era una excepción y que no debía interpretarse como una regla cuando de endeudar al país se trata.

En el Frente Amplio creemos que este tipo de préstamos tienen que ser analizados, estudiados con el máximo rigor y que el Gobierno no debe interpretar que la aprobación rápida de este préstamo es un precedente para hacer lo mismo con otros préstamos que están en la lista de espera.

Lo hacemos por solidaridad, en primer lugar con las familias afectadas por el terremoto, por la necesidad de emprender lo antes posible las tareas de reconstrucción en la zona.

También seguimos preocupados. El pueblo de Costa Rica ha dado grandes muestras de solidaridad, se ha recogido dinero, mercancías suficientes para enfrentar los primeros retos de esta emergencia y seguimos preocupados por lo que parecen ser entrabamientos burocráticos, ineficiencia de las instituciones. Estamos sorprendidos por la constitución de una comisión especial de reconstrucción privada, todavía no comprendemos cuál va a ser exactamente su función, solo sabemos lo que hoy informaba escuetamente la prensa.

El Estado tiene una Comisión Nacional de Emergencias, con representación de muchos ministerios y de otras instituciones, con un montón de funcionarios pagados con el Presupuesto de la República , y es muy curioso y preocupante que ante una situación de emergencia se empiecen a crear instituciones paralelas, que no sabemos si en el fondo es el retiro de confianza por parte del Gobierno a la Comisión Nacional de Emergencias, porque no puede enfrentar adecuadamente este tipo de crisis, o es otro tipo de visión del Presidente de la República que no logramos todavía comprender.

Se supone que el Estado tiene instituciones, la Comisión Nacional de Emergencias, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes, el Ministerio de la Vivienda, el IMAS, el ICE, A y A, etcétera, etcétera. Más bien, un Estado plagado de numerosas instituciones que, a veces, duplican los trabajos , pero me parece delicado que en un momento así se cree paralelamente a esa amplia ramificación de instituciones, una comisión privada nombrada a dedo por el gobierno.¿Por qué a partir de la comisión institucional creada no se canalizan los recursos de la empresa privada?, ¿qué pasa, que no hay confianza, que no hay eficacia, no sé estará creando un enmarañamiento, que al final va a terminar de perjudicar a los afectados? Tiene que haber ante una crisis una política única y una dirección única.

Seguramente, los integrantes de esa comisión especial privada , llamada ahora Comisión de Reconstrucción, ssean todos personas muy honorables, yo no pongo en duda la honorabilidad o la capacidad de ninguna de las personas escogidas, pero, bueno, ¿para qué tenemos la Comisión Nacional de Emergencias, solo es para apagar incendios o es una Comisión Nacional de Emergencias, que tiene que tener la capacidad de gestión también necesaria para iniciar y canalizar los procesos de reconstrucción?

Ante la opinión pública se puede introducir una desconfianza preocupante, ¿la empresa privada no confía en que las ayudas que pueda dar a los damnificados se canalicen adecuada y honestamente? Hemos tenido experiencias ya graves, en este país ha habido y sigue funcionando un estado paralelo y ese estado paralelo ha sido corresponsable de la crisis que ahora estamos viviendo.

A la par del Estado legal, del Estado de Derecho con todos sus mecanismos de control y de rendición de cuentas por debilitados que estén, nació un infraestado, una especie de privatización del Estado, como denunció en su momento don John Biehl, a donde se desviaron recursos sin control. Aquí se adoptó el lema del expresidente Reagan, padre de las políticas neoliberales impuestas desde la Casa Blanca: el Estado es el problema, no es la solución, y fue desmantelando y desmantelando las políticas públicas y sus instituciones, y la señora Margaret Thatcher decía que la sociedad como tal no existía, que lo que existía era un agregado de individuos. Y todo eso es lo que está hecho añicos hoy, esas políticas de privatización radical del Estado y de la sociedad han conducido a estas tragedias de hoy. El presidente Obama decía hoy que el problema no es el tamaño del Estado sino su eficacia, y también Obama tuvo que admitir que detrás de la crisis estaba el fundamentalismo de mercado, por cierto cosas que los que nos oponemos a las políticas neoliberales hace años venimos denunciando. Por decir eso, McCain, le llamó socialista a Obama y el pueblo de Estados Unidos, y el pueblo estadounidense dijo queremos a un socialista entonces, si eso es socialismo, ojalá lo fuera, está muy lejos lamentablemente.

Pero bueno, vean cómo las palabras cambian de contenido, y dijo entonces el presidente Obama que el problema no es si el Estado es más grande o más pequeño, lo que se necesita es que el Estado sea eficaz, que funcione y que el Estado debe intervenir, dijo, en los mercados, y que toda esta crisis también es una crisis de la ideología que endiosó los mercados como si fueran entes sobrenaturales y que no necesitaban ningún tipo de regulación ni de intervención de lo público.

Ahí está el discurso en los aspectos que a mí me parecieron interesantes, desde el punto de vista de la revisión necesaria del fundamentalismo neoliberal, que algunos siguen practicando y quieren que la gente siga comulgando con ruedas de molino.

Pero, bueno, regresemos a nuestras preocupaciones del inicio, por qué ante una emergencia empiezan a aparecer comisiones paralelas, en un país pequeño eso sería muy fácil de controlar con eficacia, y yo no digo que no intervenga la empresa privada, pero por qué no, en todo caso, una comisión mixta en lugar de posiblemente lo que va a ocurrir, la duplicación de responsabilidades de funciones, ¿quién va a fijar las prioridades?, ¿la comisión especial de reconstrucción privada, o la comisión interinstitucional también creada hace días por el Gobierno de la República? Y tiene que ver con este préstamo, porque estamos aquí dando una autorización a un endeudamiento por sesenta y cinco millones de dólares, y presentamos varias mociones, por lo menos una de ellas fue aprobada, fue aprobada para tratar de establecer algunos requisitos para el tema de la rendición de cuentas, de las posibles, ojalá que no haya ninguna de ese tipo, consultorías, que en lugar de consultarías terminan siendo gollerías, las aves de rapiña que detrás de cada préstamo le caen a un pedazo del préstamo para repartírselo en consultorías, por eso los préstamos a veces vienen ya oliendo a cadáver porque tienen una cola que ya sabemos por dónde es.

Entonces, debemos estar vigilantes como parlamento, vamos a votar de nuevo por unanimidad este proyecto y, efectivamente, lo hemos hecho en el menor tiempo posible , pero eso también nos obliga a estar por eso más vigilantes, estar más vigilantes del uso de hasta el último cinco, podríamos decir de alguna manera que es un préstamo sagrado, porque lo estamos aprobando pensando que va a haber casas para la gente que la perdió, que va a haber trabajo para la gente que vio también con el terremoto destruida su estabilidad laboral, que va a haber escuelas para los niños que las perdieron y salud para los que también fueron afectados por la posibilidad de acceso, que va a haber caminos para que la gente pueda volver a transitarlos, que va a haber recuperación ambiental y recuperación hasta donde se pueda de los tejidos productivos que había en la zona de la catástrofe.

Ese es, yo creo que la voluntad de la Asamblea Legislativa, y es el deseo de que, efectivamente, un préstamo urgente sea aplicado urgentemente para que esta gente no tenga que esperar y que no se desvíe un solo centavo para otros propósitos y, obviamente, si sobra algo, porque con todo lo que se ha recaudado lo que se debía empezar a hacer es como un mecanismo de previsión que se incluya en los presupuestos ordinarios y extraordinarios de la República, es un fondo de previsión antes estas situaciones, que no tengamos cuando venga otra situación, todos los años vendrán, vendrán inundaciones, vendrán nuevos fenómenos naturales que afectarán la vida de las personas, los bienes materiales, los recursos productivos de la nación. Entonces se podría ir creando ese fondo de contingencias con garantías de dónde van a estar depositados, cómo se controlan, cuándo se utilizan, pero que no nos tome por sorpresa situaciones que se deben prevenir en Costa Rica.

Fuente: Comité Patriótico de las Barras de la Asamblea Legislativa
El 10 de enero, en el día más concurrido de la historia de San Miguel de Sarapiquí, escuché una conversación que me dejó muy picado. Cuando se aproximaba don Chanito, exactamente a un costado de Importadora Monge, una señora le dijo a otra -don Chanito tenía razón, pero nadie le creyó porque aquí nunca tiembla fuerte - replicando la otra -Sí, y todavía anda predicando pero la gente no quiere escuchar.

Me dio pena preguntar porque estaba "parando la oreja" pero la curiosidad mata la ignorancia. Ellas me comentaron sobre llamados y advertencias que don Chanito ha venido haciendo a la comunidad desde hace meses para que se prepararan para un terremoto. Decidí averiguar más.

Aproveché cada conversación con los sobrevivientes para conocer si en la comunidad hubo personas que manifestaran advertencias específicas. Todos los testimonios apuntaron a don Chanito. Afinando el lápiz concluí:

1-Que don Chanito recorrió San Miguel advirtiendo que venía un terremoto.
2-Que dichas advertencias fueron hechas durante los años 2007 y 2008
3-Que también había dado fecha a la catástrofe: el año 2008.

Considerando que este blog intenta narrar cómo se vive después del terremoto al interior de la comunidad decidí postear el tema por lo que hablé con el hijo menor de don Chanito para que me hiciera la vuelta. Aceptó recibirme y que publicara en Internet nuestra conversación. Quedamos de vernos el sábado 17.
***
-Upe... buenas ¿Se encuentra don Chanito?-

Eran pasadas las 7 de la noche y San Miguel se enfriaba. La casa está ubicada al pie del cerro y quedó visiblemente resentida del 8 de enero. El fogón estaba encendido por lo que la sala estaba calientita. Hubo repartición de aguadulce y nos pusimos a conversar.

Para ubicarnos les transcribo lo que don Chanito me dijo sobre él: Se llama Sinforiano Chacón, sus papás eran de Naranjo. Vivió su infancia en los Bajos del Toro y llegó a San Miguel en los 70's, cuando no había electricidad y las señoras daban a luz en la casa. Fundó la primera iglesia evangélica del pueblo y fue empleado de Correos de Costa Rica, donde se pensionó. No me animé a preguntarle la edad aunque calculo que ronda las siete décadas (ya que me dijo que en su niñez llevó almuerzos para la guerra del 48). Actualmente dedica su día a la oración, lectura bíblica y predicación en aceras y paradas de bus.

Fui directo al punto. Don Chanito me dijo que en el 2006 ó 2007 tuvo una revelación donde Dios le mostró que venía un terremoto para la zona en el año 2008. Su encomienda era advertir y evangelizar al pueblo: "me vine desde Villa Quesada hasta Puerto Viejo hablando con la gente en las paradas de bus y en las calles, diciendoles que buscaran de Dios y que se prepararan para el terremoto y el avivamiento". Agregó fechas, lugares y cantidad de personas que escucharon la predicación así como apreciaciones apocalípticas de los días que vivimos.

Le pregunté por qué si el mensaje era que el terremoto sería en el 2008 ocurrió en el 2009 -Cuando pasó el 2008 dudé en silencio pero cuando ocurrió supe que era lo que me había sido revelado, pero lo de la fecha es un asunto de Dios que uno no entiende- respondió al mismo tiempo que se lamentó por las personas fallecidas -me duele mucho por los que murieron, las familias que tuvieron que enterrar seres queridos y los que todavía están perdidos entre la montaña- dijo con mirada triste.

Obviamente le pregunté si tenía revelaciones sobre eventos futuros. Las respuestas me las reservo porque eso no va en la línea de lo que quiero compartir con estos posts del terremoto de Cinchona. Mi observación a quien visite la zona norte es que ponga atención a las palabras de don Chanito si se lo topa en la acera o en la parada de bus... y no le debata porque se sabe La Biblia de memoria.

***

Casos similares. En el albergue de Río Cuarto de Grecia encontré a don Carlos Chávez, jardinero de Waterfall Gardens. Un hombre de unos 50 años que sonríe, llena de positivismo a otros y da aliento a quienes perdieron seres queridos en la tragedia.

Dice que hace 15 años tuvo una visión diurna donde Vara Blanca quedaba debastada. Con el correr de los años el tema fue perdiendo vigencia hasta el lunes antes del terremoto. En esos días se sintió muy inquietado por el recuerdo de aquella visión. Una vez más habló con los otros jardineros sobre la necesidad de cambiar de vida pero esta vez anunció que venían días difíciles y que buscaran de Dios. Ellos escucharon con respeto pero, a criterio de don Carlos, no le prestaron atención.

Cuando vino el terremoto tuvo paz espiritual por el hecho en sí pero vivió horas de angustia por sus amigos y familiares en Cinchona. Su hija había salido del Waterfall Gardens minutos antes del terremoto, parqueó la moto en la casa y a los cinco segundos la moto y la casa estaban al fondo del precipicio. La joven se salvó por centímetros ya que el pedacito de suelo donde estaba no se cayó.

Intenté localizar a los compañeros de trabajo de don Carlos pero no fue posible por están en diferentes lugares.

También, narran los damnificados de Cinchona que días antes al terremoto una pareja de predicadores visitó la comunidad y les advirtió de lo que venía. Intenté localizarlos pero aquí si creo que voy a quedar mal del todo porque no está claro de donde es la pareja.

Fuente: Ciencia Ficción con Julio Córdoba
La famosa tortilla aliñada de Chubascos, siempre ha sido una buena razón para subir a Fraijanes y a la zona del Volcán Poás, en Alajuela, Costa Rica.
COSTA RICA

Ganas de trabajar y entusiasmo sobran:

EN LA ZONA DEL VOLCAN POAS MILES DE FAMILIAS INTENTAN RECUPERAR LA ESPERANZA.

Una lluviecieta persistente, hermosos paisajes verdes adornados de hortensias y caminos de colorada piedra volcánica sirvieron ayer de escenario para que representantes de más de 50 empresas de la zona del Volcán Poás se reunieran para evaluar la situación que están enfrentando desde el terremoto del 8 de enero recién pasado.
La cita se realizó en la propiedad de Colinas del Poás, en Fraijanes de Alajuela, desde las 10 de la mañana hasta entrada la tarde. A la misma también acudieron representantes de la Comisión Nacional de Emergencias, del Parque Nacional Volcán Poás, de la Municipalidad de Alajuela, del Instituto Costarricense de Turismo , el Alcalde de Poás, líderes comunales y funcionarios del Banco de Costa Rica .
La idea era celebrar un primer encuentro con el objetivo primordial de organizar una asociación que unificara la información y pudiera de manera urgente evaluar la situación para canalizar las necesidades de las empresas de la región , sus trabajadores y las comunidades .
Mientras el proceso de evaluación sigue su curso, las personas participantes en el encuentro coincidieron en que es indispensable comenzar a reiniciar labores en las condiciones que se pueda para enviar a la población nacional y al turista el mensaje de que la zona no es toda zona de desastre, ya no hay peligro y muchos negocios están abriendo sus puertas para recibir visitantes. De igual manera se aclaró que los anuncios de que no hay paso que algunos medios han repetido, solo intentan desviar la posible visita de mirones . Lo cierto es que el camino hasta Poasito está habilitado y se puede llegar hasta allí en automóvil particular. En algunos tramos hay cuadrillas del MOPT trabajando pero el paso se abre de manera intermitente, en lapsos cortos de tiempo.
Es vital para las comunidades de Vara Blanca, Poasito, Fraijanes y Poás , representadas todas en la cita, trabajar por volver a comunicar que los pueblos de la zona desean levantarse cuanto antes, pese a la tragedia sufrida.
Para los restaurantes, bares, ventas de souvenirs, pulperías y kioskos es vital recomenzar, ya que de las ganancias que puedan ir obteniendo sacarán los medios para mantener las nóminas de trabajadores con sus salarios intactos. De esa forma se construye una solución a largo plazo además, por cuanto se activan las compras a proveedores agricultores, productores de lácteos, flores, etc.
El constante agradecimiento y bendición por tanta ayuda recibida por los cuerpos de socorro, instituciones públicas, voluntariado y población en general, se ha convertido en fuerte aliciente para recomenzar.
Varias de las empresas, al mismo tiempo que reconstruyen sus instalaciones y atienden las necesidades inmediatas de su personal y familiares inmediatos, se han abocado a colaborar socorriendo a la comunidad y a muchas personas que se encuentran viviendo actualmente en los albergues habilitados por la Cruz Roja y la Comisión Nacional de Emergencias en una cadena de solidaridad que se ha ido construyendo con un espíritu a prueba de todo y casa por casa.
Se insistió en la necesidad de hacer un llamado a los medios de comunicación para que informen acerca de las labores de reconstrucción “Es importante dar fé de la actitud positiva de la población” dijeron varios.
Es mucha la gente que ya está trabajando, expresó Manuel Ardón, de Jaulares.
La zona ha sido próspera, verde, emprendedora., y sigue siéndolo. Es importante que se reproduzca más información de todo lo bueno que ha ido pasando que es mucho también. Hacer énfasis en la solidaridad, en la generosidad de la gente, en su capacidad de trabajo en su espíritu a prueba de todo, es una labor que urge, coincidieron los participantes.
El impacto social negativo de la tragedia podría convertirse en un impacto social positivo si la zona se revitaliza económicamente cuanto antes. De la crisis podría surgir un territorio y una comunidad fortalecida, fue una de las conclusiones más generalizadas.
“La más grande ayuda que nos puede dar ahora el pueblo de Costa Rica es ayudarnos a sostener nuestras fuentes de trabajo”, enfatizaron.

EN EL VOLCAN POAS NO HAY PELIGRO
El Parque Nacional Volcán Poás será abierto al público el próximo fin de semana, según informó Mauricio Arias Zumbado, representante del Servicio de Parques Nacionales y profesional residente en el lugar.
Según Arias, el OVSICORI ha confirmado después de varios monitoreos y de algunos sobrevuelos que el área del parque se encuentra fuera de peligro y que la actividad sísmica ha ido decreciendo . Ha aclarado además que la misma no tiene su origen en el volcán. En el Parque Nacional está todo normal, a excepción del puente sobre el Río Mastate que sí está un poco dañado, informó el funcionario.
Entre los participantes se fueron proponiendo soluciones, como la necesaria habilitación del llamado “camino viejo” al volcán, la colocacion de un puente de emergencia, etc, ideas que no solo servirían para descongestionar el acceso único de hoy, sino preveer posibles salidas de emergencia en caso de alguna eventualidad futura.
Ingenieros estructurales visitaron el mencionado puente el día de ayer para hacer la evolución técnica y se espera que las autoridades del gobierno tomen cartas en el asunto a la brevedad.

PERO FRAIJANES, POASITO Y VARA BLANCA NO SON SOLO LAS COMUNIDADES ALEDAÑAS AL VOLCAN, SON MAS QUE ESO.
El único destino turístico de la zona no es el Volcán Poás, es el más importante, pero no el único, expresó Gustavo Araya, de la tienda de recuerdos “Todo Tranquilo”. Acá viene mucha gente a pescar truchas, al canopy de las Colinas, a los conciertos en Jaulares, a comer en los restaurantes, a pasar una noche tranquila en las cabinas, a comprar fresas….hay mucho que hacer”, agregó.
Se coincidió en que lo anterior es muy importante difundirlo también y los funcionarios del ICT presentes manifestaron su interés de colaborar con iniciativas como un concierto musical que se anunciará próximamente, con el Rezo del Niño de Chubascos, que se celebrará el próximo domingo 1 de febrero a partir de las 2 de la tarde y con una feria turística que se celebrará por todo lo alto en marzo.
El pueblo se levanta, con el parque abierto o sin él, expresó don Rodolfo Blanco, del Restaurante y Cabinas “Lo que tu quieras”.

LA UNION ES FUNDAMENTAL
Al cierre de la actividad se conformó la junta directiva de lo que será la Asociación Corredores Turísticos Zona Volcán Poás, integrada por William Rodolfo Blanco, del restaurante y cabinas Lo que tu quieras, Arnoldo Araya, del restaurante La Casona de Doña Julia, Marco Córdoba, del restaurante Fredo Fresas, Manuel Ardón, del restaurante, bar y cabinas Jaulares, de Isabel Vargas, del restaurante y canopy Colinas del Poás y de Gerardo Fonseca de la gasolinera y restaurante de Vara Blanca.
El grupo está integrado por representantes de todas las zonas del área y se quedó trabajando el resto de la tarde en el informe y peticiones que se le harán al Ministro de Turismo Carlos Ricardo Benavides que visitará la zona el próximo miércoles.
La reunión, a la que volverán a asistir todas las empresas afectadas, se realizará a partir de la 1 de la tarde en las instalaciones de Colinas del Poás, pero desde ya el ICT está colaborando con algunas iniciativas que fueron surgiendo en días pasados.

SITUACION DE LA MUNICIPALIDAD DE ALAJUELA
Se pudo conocer, por intermedio de una representante de la municipalidad de Alajuela, que por ahora no hay ningún plan de ayuda, ya que como las instalaciones de la municipalidad sufrieron daños y se han estado trasladando la municipalidad, al día de ayer estaba trabajando al 20% de sus capacidades.

EL CARIÑO
Entre abrazos, apretones de manos, miradas de aprobación y solidaridad, el encuentro terminó con mucha esperanza de que pronto la zona no solo vuelva a ser lo ha sido sino mejore.
“Tenemos que hacer un llamado a toda la gente para que venga, para que vuelva. Acá tenemos todavía mucho que ofrecer” decía don Gerardo Fonseca, de Vara Blanca.
“Aquí no nos vamos a serruchar el piso unos a otros, sino que nos vamos a apoyar, ya que cada empresa tiene algo distinto que ofrecer”, enfatizaba Arnoldo Araya.
Los presentes agradecieron a la anfitriona Isabel Vargas, de Colinas del Poás, no solo por preparar la reunión y convocarla junto a Manuel Ardón de Jaulares y Marco Córdoba de Fredo Fresas, sino por los bocadillos y café que se compartieron.
“Pequeños actos de generosidad como estos ayudan a confiar en el futuro,”expresó Carlos Roque, administrador del Restaurante Chubascos. Lucía Ardón, del mismo sitio, le interrumpió para decir : “las tortillas aliñadas pronto volverán al comal!”

Julia
Fuente: Julia Ardón.