martes, 21 de junio de 2011

Antenas, celulares y contexto urbano

•Necesaria reflexión sobre el impacto de las antenas celulares en la salud

Mauricio Ordóñez*

Con la apertura celular las redes respectivas se triplican, aumentando las emisiones electromagnéticas (EM) al entorno urbano. Cada operador tendrá hasta 1.200 sitios para irradiar su señal. Eso sí, la telefonía celular aporta apenas una parte de la enorme cantidad de radiaciones artificiales que nos rodean, como radio, TV, teléfonos, módems inalámbricos, hornos microondas, campos EM de tendidos eléctricos, etc. Vivimos en un “electro-smog” creciente.

Estas radiaciones tendrían un impacto en la salud humana (y en la flora y fauna): en las cercanías de antenas radiantes se reportan más dolores de cabeza, mareos, insomnio, alergias, depresiones, problemas de piel, reproductivos y de conducta, y hasta cáncer. Muchos estudios indican una dramática correlación, otros consideran tal cosa no probada. Sigue siendo materia controversial y es una actitud responsable aplicar el sentido precautorio.

Para regular la radiación recibida hay mediciones, una es la densidad de potencia energética que llega a determinada superficie (watts por metro cuadrado). Por ejemplo, un celular de 0.50W, a 3cm del cráneo, genera 42W/m2; una antena celular de 2.500W PIRE (según datos del ICE, siendo el máximo europeo 500W!) a 2m de distancia produce 47W/m2; a 10m da 1,88W/m2 y a 50m solo 0.075W/m2, pero de emisión continua.

La densidad de potencia admitida por la Superintendencia de Telecomunicaciones (SUTEL) y el Ministerio de Salud (decreto No.36324-S) es la norma ICNIRP, aceptada por unos 50 países. Hablamos de 4,25 W/m2 para 850MHz, o 9W/m2 para los 1.800MHz. Sin embargo, esta exposición es más del doble que la norma catalana (2 W/m2 y 4W/m2), cuatro veces más que la chilena (1W/m2), 42 veces más que la italiana (0,1W/m2) y 100 veces mayor que la suiza (0,043 y 0.01W/m2).

¿Cuál la norma segura? ¿Dónde el punto de precaución? Según los científicos de Seletun, la radiación no debería superar 0,00017 W/m2 –la de una antena a 1.000m de distancia– para nosotros, seres vivos que evolucionamos con radiaciones naturales de una milmillonésima de watt.

Acuerdos y discrepancias. Estas instalaciones requieren permiso municipal. Antes era obra de Estado, que trascendía estas regulaciones. Ahora cada municipalidad debe hacer su reglamento y la Federación de Municipalidades del Área Metropolitana (FEMETRON) hizo un reglamento-guía, con la colaboración de SUTEL y empresas interesadas. Su versión final genera acuerdos y discrepancias:

El primer gran reclamo al reglamento FEMETRON es que trata solo de torres, se olvida de las antenas que emiten al espacio aéreo del cantón. Su trámite municipal es usual en otros países. Es necesario conocer su potencia para establecer retiros, eventuales patentes y como archivo de información accesible a vecinos. Algunos sostienen que esto solo le corresponde a SUTEL, pero las municipalidades son las únicas que conocen el contexto urbano.

El lote mínimo para las torres, según FEMETRON, es de 6x6m, con retiros de 3m. La antena puede estar a 15m de altura, o apenas a 6m sobre la azotea del vecino (oficio SUTEL 534-2010). Si restamos los brazos y el grueso de la torre, cualquiera podría tener la antena zumbando en su oreja a 1.5m de distancia, emitiendo 83W/m2, muy por encima de la norma de Salud.

En estos ridículos retiros no se ha considerado la emisión en colindancia y altura (accesibilidad 2 y 3) de la norma UIT K52, vinculante según el decreto de Salud. Hablamos de gente en actuales o potenciales edificios adyacentes (ver ilustración), pero también árboles y fauna asociada.

Debemos exigir, apenas para cumplir la ley, que ninguna antena se encuentre a menos 6.7m (4,19W/m2), es decir, el centro de la torre tendría que estar a 8.5m de colindancias.

Acciones de defensa. Nadie en su sano juicio quisiera ver comprometido el uso y valor de su propiedad por una antena al lado, limitando su desarrollo futuro. Ciertamente, una gran mole “mataría” la antena, pero puede haber edificaciones de 4 a 5 pisos que terminen viviendo en conflicto con nocivas antenas vecinas.

El reglamento FEMETRON tampoco considera retiros de zonas sensibles (hospitales, maternidades, guarderías, escuelas, asilos), que no deberían bajar de 100m (0.02W/m2); ni de espacios plazas y parques destechados, que no debería bajar de 50m (0.75W/m2). Retiros justos y normales en otros países. Gran fallo que debe remediarse. No preocupa tanto la cantidad de antenas: es preferible antenas cercanas pero de menor potencia, que lejanas de mayor potencia, por el menor impacto a la gente vecina. No es buena una pobre señal hacia los celulares de mano, pues tienen que emitir a mayor potencia para compensar.

Preocupa la mimetización de antenas, disfrazadas de árbol o palmera. Ya sean feas o bonitas, más preocupante es su ocultamiento a los vecinos. Salvo razón patrimonial, deberían prohibirse.

Ya varios cantones han aprobado el reglamento FEMETRON, algunos sin gran cuestionamiento. ¿Conoce Ud. el reglamento de su cantón? Sirva este artículo para el conocimiento y reflexión del tema, y para promover las acciones de defensa necesarias. La salud es un bien invaluable. Nunca es tarde para mejorar.


*Arquitecto, ordonyez@yahoo.com

Fuente: Diario Extra.

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