Este blog fue creado para dar seguimiento a acciones de solidaridad en Costa Rica y con Costa Rica. En estos tiempos sólo la solidaridad y la conciencia ciudadana podrá protegernos de todas las amenazas que acechan por todo lado. 2009.
sábado, 31 de enero de 2009
Indignación de poaseño por "diarios verdes"
San Pedro de Poás, Alajuela.
Miércoles 28 de enero del 2009.
Buenas noches.
Es esta ocasión escribo sin mucha introducción, debido a la gran indignación que siento como Poaseño y como Costarricense.
Como se sabe, hace poco los pueblos de Cinchona, Vara Blanca y lugares aledaños se vieron afectado por un fuerte sismo que dejo a muchos de costarricense sin abrigo ni comida.
Como es costumbre, el pueblo de costarricense NOS levantamos y dimos un granito de arena para poder solventar las necesidades de estas personas.
Hoy, es INDIGNANTE Y REPROCHABLE, lo que se comenta a voz popular que en el cantón de Poás de la provincia de Alajuela, exista un grupo de dirigentes liberacionistas que de forma "voluntaria" se han encargado lejos de su carisma de ayuda y solidaridad, a entregar diarios de
comida a familias sin necesidad económica alguna, por un voto para una tendencia política específica de su partido.
Estas personas, sin escrúpulos, tuvieron el descaro de condicionar la entrega de dos y hasta tres diarios en una misma casa de habitación, a cambio de votos en las asambleas distritales de este cantón por la tendencia de una ExVicepresidenta y Candidata actual a la Presidencia.
Hago un llamado urgente a las Autoridades de estés país, a la Contraloría General de la República, a la Defensoría de los Habitantes, a la Comisión Nacional de Emergencia, al Tribunal Supremo de Elecciones, a medios informativos nacionales; para que por favor, levanten una investigación seria y responsable sobre estas barbaridades. Los insto a que visiten casa por casa, persona por persona a la que se le entregaron estos diarios y realmente, constante si era o no necesario.
Estos dirigentes que actualmente cumplen con funciones políticas dentro del gobierno, llenan listas de personas afines a su partido y distribuyen diarios con comestibles que han sido supuestamente para atender a las personas afectadas por el terremoto de Cinchona; pero
que al final, llegan a manos de partidarios políticos.
En todo el cantón de Poás, es el tema que se comenta y citan a las familias que han recibido los famosos "Diarios Verdes", pero a pesar de considerarlo una barbaridad nadie denuncia, por miedo o ignorancia.
Me gustaría que investiguen, no puede ser que personas inescrupulosas, con falta de ética, de moral y temor a Dios; jueguen con la bondad y la solidaridad de un pueblo Costarricense.
Atentamente:
Ing. Cristian Gdo. Herrera Alvarado.
Fuente: Comité Patriótico de las Barras de la Asamblea Legislativa.
Concierto en Fraijanes
Dicha actividad se realizará el domingo 1 de febrero en la plaza de futboll de Fraijanes de Alajuela, con un horario de 9 am hasta que la gente quiera.
Otra de las cosas por las cuales estamos velando es por llevarles útiles escolares, hemos conversado con los directores de los diferentes centros escolares afectados, y esto es lo que se necesita:
-Cuadernos de 100 hojas
-gomeras de pasta
-lápices mongol
-tajadores de cajita
-lápices a color
-borradores
-folder
-tijeras
-mapas de Costa Rica políticos y Físicos -lapiceros negros -lapiceros azules
-lapiceros rojos -juegos de geometría plásticos
-papel de construcción
Las personas que deseen ayudarnos con algo de esta lista escolar, por favor llevar las cosas ami casa, a más tardar el sábado, ya que de ahi se llevarán directamente a Fraijanes para ser repartidos.
De antemano agradecemos su colaboración, esperamos nos acompañen ese día, y
ayúdennos a divulgar esta actividad, les estaremos eternamente agradecidos.
ana alvarado alvanai13@yahoo.com
Fuente: Comité Patriótico de las Barras de la Asamblea Legislativa
Para cerrar este capítulo describo la experiencia virtual de la vivencia real...
Me sorprendí cuando las entradas fueron catalogadas como información. Colegas bloggers empezaron a referir lectores para que conocieran este punto de vista. Agradezco mucho el apoyo de Conejitos (en Canal 15), el Burro, doña Julia, Cristian, y Hedicho. Además el periódico Vuelta en U recomendó este blog, Libre Periodista hizo un post y REPRETEL, me cuentan, hizo un reportaje sobre blogs con tomas de Ciencia Ficción. Muchas gracias.
II. Twitteando y youtubeando. Había leído que la noticia primero se reporta en twitter. Abrí un canal y estoy sorprendido de la velocidad de la noticia en el mundo de los twitteros. Para saber de primero hay que estar conectado a twitter...
Edité un par de videos llamados "Sarapiquí: Llanura y montaña" y "Volver a Cinchona". Abrí un canal en youtube para compartirlos. La cantidad de reproducciones del segundo me llena de satisfacción porque cada día más personas son testigos de lo que vivió un sobreviviente cuando se reencuentró con lo que el terremoto se llevó.
Pero vi algo que me impacto... un viejito que compró una coca cola dos litros, vasos plásticos y se fue a repartir a los policías y tráficos que trabajaban bajo el ardiente sol. Ese viejito me abrió las compuertas.
Sentí la necesidad de agradecerle a alguien. Como si yo fuera el canciller de Sarapiquí le llevé una gaseosa a un señor que estaba trabajando en la emergencia y le dije "muchas gracias por lo que está haciendo por la comunidad, gracias por la amabilidad en el trato de los afectados, gracias por asolearse por nosotros, gracias por soportar los temblores, gracias por su dedicación... Dios lo bendiga" y él me regaló un abrazo.
Ver el dolor, destrucción y lágrimas de los que perdieron su arraigo, comunidad, patrimonio, forma de vivir, vecinos y familiares me afectó todavía más.
Fuente: Ciencia Ficción con Julio Córdoba.
El rostro del desastre (bitácora y 7 videos)
Recibí la invitación de Marcela Zamora, luchadora del Comité Patriótico de Monterrey-Vargas Araya para visitar la zona de destrucción del terremoto.
El domingo 25 nos fuimos Marcela, Mari y yo (Stella).
A continuación la bitácora de Marcela y videos de lo que pudimos ver y escuchar:
Terremoto del 8 de enero
Visitas, informes, rostro humano
Primera visita: domingo 11 de enero en la noche:
- Esta fue mi primera visita, fue al albergue de Dulce Nombre, el albergue está ubicado en la Iglesia y el Salón Comunal de Dulce Nombre de San Isidro de Alajuela.
- Es el tercer día después del terremoto.
- Se dice que hay 400 personas en la Iglesia y 400 personas en el Salón Comunal, no hay aún un censo, esa noche oí decir a la encargada del albergue que tienen que levantar listas para la mañana del lunes porque sólo les van a entregar comida para las personas que están albergadas, con lo que compruebo que no hay censo.
- El albergue está a cargo de voluntarios de la comunidad que no están en el albergue y que quedaron en mejor situación, los albergados dicen que los encargados de la cocina llegan a las 7 am y se retiran a las 10 pm todos los días, que el desprendimiento de estas personas es impresionante.
- Hay comida, la ropa llega a pocos, no hay abrigos ni cobijas, no hay productos ni utensilios de limpieza.
- La Cruz Roja estuvo el día anterior y revisó medicamente a todos los albergados y revisó las condiciones en que estaban.
- Los albergados no están organizados para atender ellos el albergue mismo, cuando los albergados mencionan que debe hacerse algo para limpiar los baños para evitar las enfermedades reciben malos tratos de parte de la policía y otros.
- Como la carretera está abierta fuimos al cruce hacia Vara Blanca, este paso está cerrado por lo que tomamos hacia Poasito, en el camino vimos varios albergues en tiendas de campaña, uno de los albergues de tiendas de campaña, cerca de la Laguna de Fraijanes, fue traslado a un albergue de un grupo religioso.
- Hay reportes de que los diarios (comida) salen del albergue, que no hay controles, no pueden asegurar a dónde son destinados, la mayoría piensan que van a damnificados que están albergados en sus propias casas.
Segunda visita: miércoles 21 de enero en la mañana y en la tarde:
- La semana pasada no pude ir a la zona.
- Estamos a casi 3 semanas del desastre, el albergue de Dulce Nombre no ha cambiado mucho.
- Lo que más me llamó la atención es que hay mucho menos personas en el albergue, pregunté y me explicaron, que las personas se han ido por muchas razones, unos se han ido porque les ofrecieron trabajo de cuidadores de finca con una casa prestada y era mejor irse a un lugar seguro que quedarse y correr el riesgo de no quedarse en la calle; otros se han ido a otros albergues, donde se dice que la atención es mucho mejor; otros a casas de algún familiar.
- El albergue tiene una nueva encargada que pertenece a una organización religiosa, en la cocina todavía hay voluntarios de la comunidad y dos señoras del Ministerio de Salud.
- Hay una bodega de comida ordenada en un cuarto, la ropa sigue llegando a pocos, todos los días llegan diferentes donaciones individuales para las familias, desde artículos de cuidado personal hasta productos de limpieza, uno de los encargados les aseguró a las familias que cuando llegue la hora que tengan que salir del albergue, él se asegurará que se vayan con un diario completo para que se ayuden en ese momento.
- Vi a jóvenes de la Juventud de la Cruz Roja entreteniendo a los niños, vestidos de fantasía y haciendo juegos con ellos.
- Un asunto importante a 3 semanas del terremoto, es qué va a suceder con estas familias, la mayoría no cree poder estar ahí más tiempo, por dignidad.
- De parte de las instituciones no les han dado una respuesta clara, el IMAS ha llegado, aparentemente tiene censadas a las familias, pero no les asegura lo del alquiler, a una familia en particular le dijeron que tiene que traer la fotocopia de la cédula y el recibo para que les hagan el trámite y pasen a retirar el cheque al IMAS, esta familia reporta que no aplican para ninguna otra ayuda porque ellos tienen casa, aunque no esté habitable.
- Muchas otras familias dicen que les han dicho que sólo recibirán ayuda las personas que tengan escritura, que las personas que son de precario les han dicho que no van a recibir ayuda para hacer la casa de nuevo.
Tercera visita: domingo 25 de enero, todo el día:
- Esta visita la hice con Stella Chinchilla.
- Visitamos tres albergues: Dulce Nombre, La Esperanza y Siloé y pasamos a saludar a Julia Ardón en el Restaurante Chubascos.
- El área afectada que visitamos es desde Dulce Nombre de San Isidro de Alajuela hasta Los Cartagos de Santa Bárbara de Heredia.
- Los albergues se ve que tienen comida y ropa, pero no necesariamente tendrán acceso a soluciones de vivienda ni a diarios cuando salgan.
Albergue Dulce Nombre:
- El albergue está ubicado en la Iglesia católica y en el Salón Comunal de Dulce Nombre de San Isidro.
- El albergue actualmente atiende a 120 personas (revisar el dato) aunque inicialmente tenía al menos el doble de personas.
- Hablamos con el encargado que pertenece a ADRA (Iglesia Adventista del Séptimo Día y la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales).
- Entrevista al encargado del albergue, el albergue inicialmente fue atendido por vecinos de la comunidad, ahora es atendido por ADRA en coordinación con la Comisión Nacional de Emergencias.
- Entrevistas a personas albergadas.
- Las personas explican que no les han informado de soluciones concretas, que están esperando a los funcionarios del IMAS el miércoles 28 de enero.
- Hay rumores de que el albergue se cierra esta semana, el encargado asegura que sólo son rumores.
- La cocina es atendida por voluntarios y funcionarias del Ministerio de Salud.
- Tienen una bodega con alimentos y productos de limpieza, la ropa la reparten cuando llega.
- El albergue en general, apartando la cocina, no se ve organizado, no hay roles para atender la limpieza ni algo que indique repartición de las labores.
Albergue La Esperanza:
- El albergue está ubicado en la Escuela Laguna de Fraijanes.
- El albergue atiende a 160 personas.
- Las personas están albergadas en pequeñas tiendas de campaña que están cubiertas por una gran carpa.
- La escuela no puede utilizarse para dormir porque está declarada en riesgo, está información la proporcionó el encargado del albergue.
- Hablamos con el encargado que también pertenece a ADRA (Iglesia Adventista del Séptimo Día y la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales).
- Entrevistas personas albergadas.
- Las personas entrevistadas dicen que la comida es muy buena.
- Los albergados explican que el IMAS les ha hablado de ayuda para el alquiler pero no les han informado nada concreto sobre la solución a la vivienda.
- Se observan hojas con los roles de limpieza, se observa mucho más limpio y ordenado en general.
Albergue Siloé:
- No entramos por falta de tiempo:
- El albergue está ubicado en una finca propiedad de la familia de un pastor evangélico, que la prestó porque no había otro lugar para ubicar a las familias
- El albergue consiste de tiendas cubiertas de toldos de empresas privadas, como había lluvia la entrada y la zona de tiendas está repleto de barro.
- Entrevistas a personas albergadas, originalmente estaban en el albergue de Dulce Nombre, pero se trasladaron porque las condiciones son muy malas.
- La situación en este albergue es más precaria, hay gente acostada en plásticos porque el barro es mucho.
Julia Ardón y Restaurante Chubascos:
- Visitamos a Julia Ardón.
- Fue una visita muy hermosa, sólo estaban sirviendo tortillas aliñadas y rompope. Pero vale la pena son unas tortillas de morirse, de verdad de morirse. Todo el lugar está en reconstrucción, por todo lado se veía a todo el mundo trabajando, recogiendo por aquí y por allá, lijando sillas, botando una pared de la cocina por seguridad, además en un sector había ropa clasificada.
- Julia dice que las primeras semanas se hacían filas para repartir alimentos, que ahora casi sólo está llegando ropa. Que las necesidades siguen y seguirán siendo muchas.
- Nos contó que algunos empresarios están coordinando para capacitar a los empleados y personas de la zona en huertas familiares, para que tengan medios de subsistencia propios porque vienen tiempos más difíciles.
- Que mucha gente ha ayudado, que la energía es muy buena.
Nos topamos a Fresia, que es una vecina de Moravia, que tuvo una extraordinaria idea, como se estaban levantado listas de personas pensó en que la ayuda fraternal es lo que ocupan las personas afectadas, no limosnas, ni que demos ahora y nos olvidemos, sino que nos convirtamos en padrinos y madrinas de algunas familias.
Las familias que están en casas, están en muy malas condiciones porque no están recibiendo comida, ni ayuda, muchas no han sido ni siquiera censadas.
De esta manera pensó en reunir grupos de 5 personas que se comprometan con una zona específica, que vayan cada semana, cada 15 días o cada mes a encargarse de un grupo de familias, pero ir pensando que se está visitando a un familiar que tiene problemas, entonces no se va sólo a dejar diarios, sino que las personas van a sentarse a hablar con las familias, si pueden llevan algo, si necesitan que alguien vaya a una institución a averiguar se comprometen a averiguar y ayudar, si necesitan que los oigan los oyen, es una idea hermosa a más no poner, además estas 5 personas tienen familia así que se convierten todos en una sola gran familia ayudándose entre sí.
Lo más interesante es que no fue sólo una idea, sino que ya hay grupos de 5 personas en varias localidades visitando a su nueva familia y el asunto es que se ocupan muchos más grupos de 5 personas, sólo se necesita ganas de ir y que el grupo cuente con un carro para ir, y llevar la comida, como en un día de campo…que imagino que se puede comer donde Julia, que es todo corazón….
Además nos topamos con el vagón de los artistas solidarios, LEDA GARCIA, JULIETA DOBLES, EVELYN UGALDE, JEANNETE ALFARO Y RONALD BONILLA, acompañados por la representante de la Defensoría de los Habitantes EVELYN SALAS, experta en Derechos Humanos, ellos estaban dando un taller literario a familias albergadas en Poasito y Fraijanes, no sólo leyeron poesía y contaron cuentos, también andaban pintando caritas. Según nos dijeron es una idea de doña Lisbeth Quesada que hizo un llamado a los artistas y ahí estaban llenos de una extraordinaria energía.
Fuente: Comité Patriótico de las Barras de la Asamblea Legislativa.
El terremoto en la fábrica El Ángel (fotos)
Fuerte vigilancia. Nunca antes la fabrica El Ángel ha estado tan custodiada. Al fondo de la calle el bus de la compañía, a la derecha vehículos que quedaron atrapados en el terremoto.
Un grupo vio como la calle en la que corrían se desplomaba, se devolvieron y frente a ellos un terraplén les bloqueó la ruta. Quedaron atrapados. A un lado la fábrica se les podía venir encima y al otro lado tenían el precipio -Gracias a Dios el terremoto paró.
En medio de la incertidumbre se dividieron en dos grupos. Los que vivían en el pueblo de Cinchona corrieron cuesta arriba y los que viven en Cariblanco, San Miguel y La Virgen corrieron en bajada. A estos últimos se unieron los que venían pasando por la carretera.
Los que subieron el kilómetro y medio se toparon, saliendo no más, con terraplenes y sin carretera. Cortaron camino por los jardines de la casa de los dueños. Bordearon el terraplén de la soda la Estrella, siguieron por un potrero y llegaron a la debastada Cinchona. Ahí se unieron a los suyos y durmieron en el fresal (lo vivido en Cinchona ya fue narrado en este blog).
El otro grupo, los que bajaron los 5 kilómetros, también hicieron una ruta de pánico (en mi opinión "de más pánico"). A la izquierda tenían la montaña falseada, en frente terraplenes y la angosta carretera agrietada, a la derecha el intimidante guindo (donde cayeron los árboles se ve el fondo). Como si fuera poco las fuertes réplicas eran constantes (en el epicentro cada réplica es como otro terremoto).
A punto de llegar a Cariblanco, en la última vuelta, descubrieron que el puente El Ángel (el mismo que el río se volvió a llevar el martes) había sido arrasado por la cabeza de agua (lodo). Hubo un debate pero concluyeron que cruzar el barreal era casi suicida. Para el grupo (principalmente compuesto por señoras) ese fue el peor momento porque, a pesar de atravesar todos los obstáculos, no podían llegar a su destino. Lo tenían en frente pero debían devolverse.
El trayecto de vuelta era peor. Ahora iban cuesta arriba, pero agravado por las fuertes réplicas, sin agua, con heridas sin tratar y la incertidumbre de no saber de la familia. Un herido muy grave estaba en ese grupo, era transportado por dos compañeros en una tabla o férula. El retorno duraría dos horas ya que el agotamiento, deshidratación y movimientos del terreno complicaban más la travesía.
Hicieron el campamento en un guayabal, un kilómetro antes de llegar a la fábrica. En unas bodeguitas de madera, utilizadas para guardar las herramientas, acomodaron a los heridos graves y mujeres con niños en brazos (recordemos que hubo personas que iban en carro y quedaron entre derrumbes).
Fotografías del 18 de enero. Aquí acamparon los empleados del Ángel. En la imagen de la izquierda don Coqui sube a Cinchona, al fondo se ve lo que creo que es el Cerro Congo. A la derecha la casita que sirvió de refugio para heridos y señoras con bebés en brazos.
Durante la noche uno de los dueños trajo galletas y sirope. Esa sería la única comida entre el almuerzo de aquel mediodía y la llegada a San Miguel de Sarapiquí, al día siguiente. Como dato curioso ninguno de los empleados con los que conversé sabe de dónde salió ni para dónde se fue el señor que les llevó las provisiones. Según ellos podría haber estado en una de las casas con los otros dueños, pero éstas habían quedado dañadas.
Entrada la noche hicieron fuego para calentarse y protegerse ya que se escuchaba el coyote. Luego enfrentarían el frío porque la temperatura descendió y llovió. Un par de focos eran tratados como el mejor tesoro. En la madrugada, en lo peor del frío, pegaron espalda con espalda, sentados en círculos, para tratar de calentarse. Oración, llanto y desesperación rompían el silencio.
En la mañana llegó un grupo de rescate. Les dijeron que debían cruzar el río El Ángel porque el transporte aéreo era para Cinchona, que solo podían llevarse a los heridos graves. Eso mermó el grupo porque hubo señoras que bajaron otra vez para cruzar el lodasal agarradas de mecates. El resto se quedó en el sitio a ver qué pasaba.
Entrada la mañana inició el rescate aéreo. Una empleada con entrenamiento en primeros auxilios se encargó de hacer la lista de evacuación y administraba la fila. En los primeros vuelos mandó a sus familiares hasta que sobrevino la protesta y , sin perder la decencia, hubo enjaches así como una reorganización de la fila.
El vuelo Cinchona-San Miguel dura de 2 a 3 minutos. Más o menos a las 3 de la tarde salió el último grupo en helicóptero.
Fuente: Ciencia Ficción con Julio Córdoba.
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Es la 1 y 20 de la tarde. Justo la misma hora en que hace dos semanas viví el terremoto.
Y es que imagínense el lujo. Tener un negocio de alimentos y bebidas, y que en las fechas de fin de año uno pueda irse a descansar, de vacaciones, mientras el negocio sigue abierto atendido por el personal, y que la gente a uno le cuente que la comida estuvo rica, que la gente estaba atendiendo bien. ¿ Cuál dueño de restaurante puede darse ese lujo?
Pues ese lujo nos lo dimos Inti, Lucía, Camilo y yo. Los cuatro dueños de Chubacos. Allá Carlos y todo el personal sabía que hacer. Carlos es el administrador y el resto de los empleados y empleadas : Mayra, María Isabel, Alina, Luis, Héctor, Julio, Maribel, Lourdes, Margoth, Max, Steven, Lorena, Katia, Francis, Ana Eugenia, Yensi, Teresa, Gineth, Henry y Luis saben siempre qué hacer y lo hacen bien. No son perfectos. No. Pero tienen puesta la camiseta de Chubascos. Son un equipo que funciona. Y el fin de año funcionó y muy bien. ¿ qué significa eso? Buenos ingresos, buenos salarios, más dinero para mejorar las instalaciones y equipos, más propina para todo el mundo ( los saloneros la comparten con la cocina), más satisfacción. Orgullo propio. Autoestima.
Entonces el jueves subí a hacer cuentas para ver cuánto de utilidades podíamos sacar los socios. La cuesta de enero nos anunciaba necesidades y bueno…para eso tenemos un negocio. Llegué , saludé a los que estaban ese día: Carlos, Lorena, Alina, Katia, María Isabel, Luis y Mayra. El saludo como siempre: “Felíz Año”, un beso y un abrazo. Ahi me contaron lo cansados y cansadas que estaban pero con la satisfacción del deber cumplido.
Me acompañó Carlos Luis con dos de sus amigas, Jimena y Ana Lucía, que por primera vez visitaban el lugar. Mientras ellos se sentaban a almorzar, Carlos el administrador, y yo conversábamos en una mesa de la terraza sobre unas fotos que yo le había tomado a las comidas….ahí iba yo, día por día, revisando los ingresos, las cuentas por pagar, que estuvieran hechos los depósitos…..y bueno, iba por el 18 de diciembre cuando, frente a esta misma compu de la que escribo, comencé a sentir un temblor.
Generalmente no les hago caso. No me dan miedo los temblores. Bueno, mejor corrijo: no me DABAN miedo. Porque yo siempre los había sentido y esperaba expectante que pasaran. Nada más. He sentido muchísimos. En Costa Rica tiembla bastante. Entonces eso intenté hacer esta vez, pero aquello era rarísimo, cada vez más fuerte. Yo llegué a sentir movimientos horizontales y verticales, como de brincos hacía arriba. Luego las aspas de los ventiladores todas torcidas nos confirmaron que en algún momento habían pegado en el techo. Nunca vi nada igual.
En la zona verde…todos nos íbamos juntando, incluso los grupos de clientes que estaban allí, que estaban divididos en tres mesas, todas de la terraza, por dicha.
Allí ya me abracé con Charlie y las chiquillas…con las empledas, con Carlos, con todas. Con afán de tranquilizar a las que lloraban asustadas me acerqué a una monja que venía con una familia, con su hábito todo chorreado de frijoles. “Por dicha esta señora está aquí con nosotros, para darnos paz” fue lo que se me ocurrió decir y traté de hacer un círculo con ella, abrazarnos a ella, pero la monja no se dió por aludida, estaba tan asustada como el resto, nos ignoró y se puso a rezar uno de esos rezos que más atarantan que consuelan o tranquilizan. Ella estaba con su familia. No con nosotros.
Katia se sostenía el brazo que sangraba, era urgente atender eso. Saliendo de la cocina le había caído un vidrio . Alguien trajo un mantel y con eso intentábamos pararle la hemorragia….Recuerdo que Luis corría y Carlos intentaba llamar una ambulancia. Los teléfonos no servían. Estábamos demasiado atarantados. Lorena gritaba “mis chiquitos, mis chiquitos”, Alina con los ojos pelados. Alguien recordó que Héctor andaba viendo la paja de agua arriba del río, por el cauce y nos preocupó mucho…vimos desplomarse unos árboles en la colina del otro lado del río. María Isabel cogió su moto y se fué para su casa desesperada para ver cómo estaba su chiquita. Luego supimos que tuvo que dejar la moto botada ( le pidió a un señor que se la cuidara) y tuvo que seguir entre derrumbes a pie. Por dicha ella no tuvo problema en su casa.
Una familia protegía a sus niños. Ellos se portaron muy tranquilos. Otra pareja también.
Ximena y Ana Lucía se pusieron el Ipod para oír música…cantaban y bailaban para tranquilizarse. La verdad las chicas estuvieron muy valientes y Carlos Luis también. Se acercaron a los niños, se sentaron con ellos, hicieron puñito para entretenerlos. Así pasamos como unas 2 horas, hasta que se iba haciendo tarde.
Seguíamos preocupados por Héctor. No sabíamos nada de él, tampoco de mis hermanos y sus familias.
Luis estaba bastante alterado, quería ir a su casa . Se fue caminando. Al ratito volvió tarnquilo porque su familia estaba bien. Se había encontrado a los chiquitos y a la esposa trepados en una lomita. A salvo. Llegó también blanca como un papel Carolina, la novia de Carlos. Nos contó de los derrumbes, de los destrozos de Dulce Nombre. Nos confirmó lo de las niñas. Lloraba. Yo intentaba hacer llamados a la calma.Carlos se comenzó a inquietar. Mientras tanto, ya habíamos visto que en el restaurante todo se había caído por dentro. Los enfriadores, las vajilas, las ollas, la cristalería, las botellas, todo…todo se había caído. Todos los vinos, no se podía caminar por dentro. Aquello era un desastre…y en al terraza además todo con restos de comida, ni qué decir en la cocina, donde el agua caliente de los baños maría también se había regado y de los tanques se salieron todos los picadillos, la carne, los plátanos…los tarros de natilla y salsas…un desastre de verdad. Algo que uno ni sabía como recogerlo. Se quebraron las vajillas, los vidrios, la cristalería. Casi todo.
En eso pasó una ambulancia que atendió el nervioso estado de la señora y un cruzrojista nos dijo que nos preparáramos para pasar la noche allí, ya que era una imprudencia bajar hacia Alajuela. Allí yo me puse a pensar que quedarse allí, en aquellas condiciones era deprimente, además iba a hacer mucho frío y no estábamos preparados…¿ y si llovía? Yo ni loca me iba a meter al restaurante porque seguía temblando… Mientras tanto los padres y madres de las amigas de Carlos Luis seguían llamando. Ya habían comenzado a pasar las noticias por la tele y se habían alarmado mucho. Le dije a Mayra que se fuera…que saliera a pie, que pidiera ride…me dijo que no, que ella se quedaba con nosotros, que sola no saldría, “que si se moría nos moríamos todos juntos”. A ratos el drama nos daba hasta risa. No imaginábamos la dimensión de lo ocurrido. Estábamos como en schock.
Nos debatimos largo rato entre salir o no salir. Pensamos salir a pie. Yo pensaba, tomaba una decisión, la decía en voz alta, y luego me cuestionaba también en voz alta. Nadie sabía qué decidir. Me resonaban las palabras del señor de la Cruz Roja. No sabía qué hacer. Le pedí a Carlos que nos fuera a dejar en el carro y se lo trajera. Luego nos dijeron que quizá por unas fincas podríamos salir. Decidimos ponerle unos manteles encima a las pocas botellas de vino que quedaban y dejar aquello así como estaba pero que cada personas hiciera lo posible para irse para su casa. Cada familia debía estar unida. La decisión fue dejar el restaurante solo. Sacamos algunas cosas de valor y las metimos en la casa del guarda. Saliendo nos contaron que podíamos quizá salir por unas fincas de helechos, por debajo de los saranes. Entonces me devolví a dejar a Carlos y un derrumbe no nos dejó pasar, eso lo sentí como un mensaje de que no debía devolverme más..rapidito encontramos otro carro para que le hiciera ride para que fuera a recoger a Carolina y a la moto y así comenzamos a manejar por entre la finca. Adelante iba el gringo, las muchachas y su chofer en un Mercedes Benz. Yo pensaba que por donde pasara el Mercedes yo iba a poder pasar, ya que mi carro es un automóvil Almera bajito. Y así, buscando entre verdaderos laberintos y a través de caminos de tierra llenos de piedras, derrumbs, ramas y huecos fuimos saliendo pegando la panza. El carro se me portó tan bien. Me impresionó.
Fueron como horas en que nadie sabía que hacer. Bueno, nosotros sí…nosotros queríamos bajar de allí, Llegar a Alajuela.
En el carro bajamos juntos Carlos Luis, Jimena, Ana Lucía , Mayra y yo. De camino divisamos un precioso arco iris. enorme. precioso, como a la altura de la Casa del Café, antes de llegar al negocio conocido como La Chaparrita.
Al ir bajando por Cuesta de Pilas yo iba pensando en aquellos guindos y viendo hacia arriba las montañas que sentía se podían caer en cualquier momento. Yo iba con mucho miedo pero seguía disimulándolo. Sentía el deber de mantener la tranquilidad. A esa altura, desde donde se puede ver una vista del Valle Central nos sorprendió el color del cielo: era ocre. Luego siento que quizá era tanto polvo, tanta tierra colorada que se había movido y que había levantado unas nubes de polvo de ese color…pero era como una capa espesa, amarillenta, detenida. Nada bonito. Sobrecogedor. Raro.
Al llegar a Alajuela nos recibieron con cariño Lucía, Maco, Inti, los chiquillos, las chiquillas de Camilo….la verdad cada abrazo lo dí como el más preciado. Los amo tanto, las amo tanto, sentí ese amor profundo por la gente de mi familia, tenía tantas ganas de verles la sonrisa. Fui al baño. Allí, en silencio, sola, lloré por primera vez. Me solté. Necesitaba llorar.
Luego conté cómo había quedado aquello. Camilo llegó muy nervioso a recoger a sus hijas, que viven a la par, ya ellas nos habían contado cómo el terremoto les había cogido en el Volcán Poás, y cómo su papá había bajado cortando ramas y sorteando grietas y derrumbes de la carretera. Ellos lograron salir por San Pedro de Poás, por el mismo camino por el que mi otro hermano Manuel y su familia subieron , ya que estaban ese día en la Isla Venado en el Golfo de Nicoya de Vacaciones. El negocio de ellos, Jaulares, también quedó con muchos destrozos y la casa que habitan, a la par, también. Camilo no queria que sus hijas vieran por la tele las noticias. No quería que se asustaran más de la cuenta.
Desde ese día, he llorado muchas veces. Son llantos raros, rápidos, que así como vienen se van, surgen de repente, sin ton ni son, y en cualquier momento y lugar. Desde hace dos semanas por todo lloro.
Fui a dejar a las muchachas a las casas. A Los Arcos y a Rohrmoser, cuando llegamos a nuestra casa, fue el cielo. Acá no había pasado nada. Solo se habian caído unos discos. Carlos Luis los juntó. Yo me sentí felíz de estar aquí. Este es nuestro hogar y acá tenemos cama y protección.
Todavía yo ni me podía imaginar que tanta gente se había quedado sin casa. Mucho menos sabía de tantos muertos ni toda la destrucción de Cinchona, Varablanca y Carrizal.
PERO ESTO NO ES NADA A LA PAR DE ESTO OTRO.
Niñas de Fraijanes con juguetes donados. Foto por Batichango y Diamela.
¿Para qué sirve un terremoto?
La única riqueza que hay es lo que un ser humano sea capaz de hacer por otro
El 2009 no se anda por las ramas: primero nos promete catástrofes económicas, luego nos proporciona catástrofes naturales. Nos obliga a mirar a la cara nuestra fragilidad. Nadie pudo dejar de sentir por un momento que ese niño que enterraban era el suyo. O ese padre que desenterraban. Donde hubo gente inocente que se ganaba la vida honradamente, tierra y escombro y la visión surrealista de la cúspide de un techo de dos aguas emergiendo del suelo. ¿Para qué? ¿Para qué sirve el dolor? Para lo que sirve: para aprender a evitar aquello que lo causa, para mostrarnos la dimensión de nuestro daño, para decirnos cuánto mide nuestra fortaleza.
¿Para qué sirve un terremoto que arrastra consigo vidas irreparables, bosques irreparables, riquezas irreparables? Para recordarnos nuestra propia vulnerabilidad y enseñarnos a prevenirla. ¿Qué habría pasado, por ejemplo, si el sismo hubiera tenido lugar en la gran área metropolitana? ¿Cuál habría sido nuestra capacidad de respuesta? ¿Estamos, como país, preparados para una emergencia de semejante magnitud? ¿Y en casa? ¿Saben qué hacer los niños? ¿Sabemos qué hacer nosotros?
¿Para qué sirve un terremoto? Para conocer mejor el mundo: desde aquel que aprovecha las circunstancias para obtener ganancias lucrando con la desesperación ajena, hasta la ciudadana extranjera furibunda que la emprende indignada contra quien no debe, incapaz de comprender cómo en la geografía de la desgracia su pasaporte no le concede su sempiterna superioridad.
Para medir la estatura real de las personas por el tamaño de su entrega: voluntarios, socorristas, cruzrojistas, bomberos (todas esas palabras buenas que tiene el diccionario), los que dieron comida, los que dieron abrigo, los que dieron consuelo.
Y una sola lección: la única riqueza que existe es lo que un ser humano sea capaz de hacer por otro. El resto es oropel.
¿Para qué sirve un terremoto? Para no olvidar que podemos morir en cualquier momento, que la vida es ahora y puede que sea escasa y no hay que dilapidarla en tonterías.
En limpio se escribe la vida, como dijo con poesía Daisy Zamora. Para no olvidar que tenemos a los que tenemos, pero que podemos perderlos, y que no hay que descuidarlos por tonterías.
Y que lo único que puede salvarnos de la crueldad del capitalismo salvaje o de las consecuencias de la furia de la tierra, cabe en otra palabra hermosa del diccionario: solidaridad. Amor al prójimo, como diría un creyente. O más simplemente, amor por los demás.
Fuente: PROA, La Nación
Fuente: Julia Ardón.