2.Feb
Una carta preciosa que nos mandaron el lunes
Alajuela, 2 de febrero del 2009
Querida familia Ardón:
Reciban de parte de nosotros un fuerte abrazo cargado de agradecimiento por habernos hecho partícipes de la linda convivencia del día de ayer.
Por muchos años hemos sabido del Rosario del Niño organizado por ustedes, pero lamentablemente hemos tenido situaciones que no nos habían permitido asistir. Por supuesto que hemos conocido por testimonio de otros del éxito de esta actividad.
Pero ayer fue un rosario diferente, Dios siempre tiene un propósito en sus reuniones.
Amigos, celebramos la idea de ustedes de haber hecho de esta reunión un ejemplo de solidaridad con aquellos que menos tienen y se vieron afectados por el terremoto. Esto fue una muestra de amor, un vivir en comunión con los demás, es decir, una con-vivencia teniendo el nacimiento de Jesús como centro de la actividad.
El amor de Dios nos reunió a todos ayer para hacernos ver la alegría de ser solidarios, la alegría que trae su palabra en medio de un rosario, el gozo de compartir con el desconocido, el júbilo de ver amigos compartiendo el amor de Dios, la música con mensaje de esperanza.
Ustedes, con su ejemplo de ofrecer un día al año a la convivencia de todos sus amigos, trabajadores y vecinos están manifestando que el amor de Dios vive en sus corazones y hacen así realidad el evangelio. Alguien dijo “El ruido de tus hechos no me permite escuchar tus palabras”, es decir, sin discurso, sin poses, pero sí con hechos.
Ayer, en medio del dolor del terremoto, fue un día de fiesta, un día de alegría, un día donde tanto los afectados por la catástrofe como sus amigos, disfrutamos de su hospitalidad y de su amistad.
Había que ver a los niños de los albergues comiendo a más no poder, tal vez no mostrando buenos modales a la hora de servirse, pero si manifestando la alegria que viene de la abundancia de la mano amiga. Tal vez muchos de ellos tomaron más de lo debido, pero ¿habrán tenido siempre en abundancia en sus casas?. Dejemos que hayan cogido más de la cuenta, al fin y al cabo era pan dado de la mano de Dios a través de la generosidad del amigo.
Que Dios los siga guardando a todos y a cada uno de ustedes, los continúe prosperando y bendiciendo en su negocio, aumente el ansia de compartir con el que menos tiene y nos continúe reuniendo en su nombre año a año para el Rezo del NIño Dios.
Con el cariño de siempre
Ana Gabriela, Alejandra, Ana Virginia y Rodrigo Soto.
Fuente: Julia Ardón.