ACTO PÚBLICO EN PARQUE
Chinchilla capeó la protesta de Nicoya
Amortiguó grupo de manifestantes, les prometió diálogo y hasta sacó aplausos
Pidió dirigir sus reclamos a diputados pues de ellos dependen soluciones
ÁLVARO MURILLO alvaromurillo@nacion.com 09:02 A.M. 26/07/2011
Nicoya. La celebración de la Anexión de Guanacaste en esta ciudad puso ayer a prueba la paciencia y la capacidad de respuesta de la presidenta de la República, Laura Chinchilla, para enfrentar a un auditorio con los ánimos muy caldeados.
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Ella saludó al grupo que protestaba, le dio algo de razón y además supo eludir la embestida: les pidió dirigir sus fuerzas a los diputados.
Así logró acabar su discurso sin chiflidos, sin abucheos y sin tener que competir con el megáfono del grupo manifestante llamado Frente Cívico, mezclado con gente que vino de todos lados y que llenó el parque nicoyano.
Hasta vinieron puntarenenses que quieren convertirse en guanacastecos, de los distritos de Cóbano, Lepanto y Paquera.
Acompañada por un despliegue de seguridad acorde con las amenazas de protestas, Chinchilla no se amilanó.
La mandataria saludó desde el principio a los manifestantes: “Muchas gracias a los de la primera fila, que han venido a pedir diálogo con respeto”.
Después les solicitó las peticiones por escrito y les prometió apertura al diálogo y al final agradeció “por su decencia”.
Habló con voz muy fuerte, tanto que se quedó ronca después decir una de las frases más contundentes: “Díganles a sus diputados que me aprueben esos impuestos”. Hasta le aplaudieron.
Chinchilla habló casi gritando, después de reconocer a los guanacastecos su derecho a hacer exigencias al Gobierno, pero también expresó que carecía de recursos económicos.
Antes había enumerado varias peticiones del público, buena parte de las cuales requieren proyectos de ley.
En Nicoya estuvieron al menos trece diputados verdiblancos y tres libertarios en la tarima principal, mientras dos del PAC y José María Villalta, de Frente Amplio, se mezclaron entre los manifestantes.
Chinchilla también lanzó una indirecta. Como hablando de otros, pidió “rechazar los liderazgos que solo ofrecen protestas y no propuestas”.
Con esas palabras, más algunas otras dirigidas a elogiar a los guanacastecos, orgullosos de su provincia, Chinchilla logró salir bien del trance.
La marcha, de entre 300 y 400 personas, no impidió la sesión del Consejo de Gobierno.
Los abucheos solo le complicaron el discurso a la ministra de Trabajo, y tampoco hubo desórdenes ni violencia. Los únicos bloqueos fueron los de la Policía.
La Presidenta dijo ante el micrófono que deseaba quedarse toda la tarde sentada hablando con la gente en el parque, pero que no podía.
Después almorzó y prefirió cancelar una inspección al aeropuerto de Liberia. Solo fue para subir en avión y para volver a San José.
Fuente: La Nación.
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