- huella de carbono - gobierno de Chile
Discursos nuevos sin cambio de fondo, palabras vacías frente a la degradación ambiental que se acelera y se acerca un punto donde no hay retorno.
La degradación ambiental se mueve mucho mas rápido que cualquier cabildeo o proceso legislativo de perfil ecologista o vocación progresista. Los cambios ambientales aparecen más rápido de lo esperado y las necesidades de la humanidad crecen inexorablemente, mientras que el poder, voluntad y calidad humana de la asociación entre megacorporativos y gobiernos esta muy por debajo de las expectativas de las sociedades contemporáneas. Frente a la emergencia planetaria, solo hay palabras nuevas que en el fondo significan lo mismo.
Pensando igual
El mercado de carbono es visto como el mejor sistema contra la degradación atmosférica; gobiernos, megacorporativos e incluso algunos grupos ambientalistas así lo creen. Este sistema diseñado para reducir el nivel de la emisión de los gases de efecto invernadero se fundamenta en incentivos para que las empresas, en el mejor de los casos, limiten sus niveles de emisión de gases a la atmósfera o simplemente los negocien.
Ya desde el proyecto del año 1997 conocido como Protocolo de Kyoto (PK) se establecieron las bases para formar mercados con cuotas definidas para la emisión de carbono. En la Unión Europa (UE) ya opera este mercado de emisiones de carbono, el Sistema de comercio de derechos de emisión (EU ETS), mientras en Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.), aún se trabaja en las cámaras por la aprobación de la ley Waxman-Markey.
Sin embargo, este mercado de carbono, se diseña desde la ideología neoliberal, por lo que hay que señalar, que la presente crisis económica mundial y las crecientes voces en distintas latitudes del planeta que invocan el fin del capitalismo, deberían ser suficientes para impulsar la reevaluación de dicho mecanismo. Además este es sólo el principal error, dentro de diversas inconsistencias reconocidas en el diseño del mercado de carbono.
Habrá que considerar también que esto se pensó en una situación ambiental que hoy, 12 años después, ya no es la misma. Sin embargo esta propuesta es en sí, la proyección del mismo modelo de pensamiento insostenible y finito, que ha llevado hasta la presente contingencia planetaria. Una transformación que implica pérdidas de capital y una disminución en la rentabilidad de los “negocios”, simplemente no se considera por el círculo plutocrático del planeta.
Cambio de fondo
Mientras el transporte y el sistema de producción, se base en la combustión como medio para obtener la energía fundamental para su operación, no habrá un cambio. La educación disminuye y las predicciones demográficas aumentan, hecho que implica una mayor demanda de producción y transporte.
El crecimiento demográfico sin control es un antiguo problema de la humanidad. La fórmula es sencilla, a menor educación mayor crecimiento demográfico. De este modo no sólo la insuficiencia alimentaria es el problema, a ésta dentro de un mundo que continuamente se desarrolla, se suma la insuficiencia energética. Así, resulta gravísimo e inviable pretender abastecer esta futura demanda energética por medio de la combustión de petróleo y biomasa.
Si los estratos superiores de la sociedad insisten en difundir la equivocada idea de que se pueden cubrir las necesidades y satisfactores humanos, a través del hiperconsumismo, tampoco se podrá pensar en alcanzar la condición para una verdadera evolución humana. Inmerso y dependiente en la sociedad consumista, el individuo pierde toda oportunidad de existir y convivir naturalmente, de este modo también pierde la posibilidad de realizarse buscando la superación.
Gran absurdo
El gran absurdo esta en que la mayoría de los países emergentes enfocan su esfuerzo en instaurar en sus respectivos estados, el modelo socio-económico caduco de los Estados Unidos de Norteamérica.
Si bien la hegemonía cultural exportada de manera sublime o francamente impuesta por ese país y que se resume en el "sueño americano" , resulto en el tiempo de su concepción algo plausible y funcional al grado de forjar a la nación más poderosa, también es cierto que tras más de dos siglos de existencia aplicada, el sueño americano tiene un lado muy obscuro de funestos resultados conocidos y padecidos por el mundo entero.
"El sueño americano es algo hermoso, una idea de las más grandes de la historia y sobre la que han crecido los EE.UU., pero la realidad y las repercusiones de este sueño es que la mayoría de los que lo intentan no logran el éxito", según James Frey, escritor norteamericano.
De este modo, materializar el “sueño americano”, significa expandir el problema. La errónea disposición cultural por adquirir ciertos bienes y servicios, desechables y que implican un alto costo ecológico, de manera desmedida implica coloquialmente hablando, caminar hacia un desfiladero.
Frugalidad
La frugalidad aplicada como el centro de una filosofía de vida, implica en sí misma gran parte de la solución al problema de insuficiencia. Adquirir productos con una huella ecológica reducida, abandonar hábitos lujosos totalmente prescindibles, evitar gratificaciones instantáneas, promover alternativas libres para la adquisición de bienes y servicios más allá de las grandes marcas reconocidas como proveedoras de un falso y superfluo estatus social, procurar la eficacia económica, desterrar al consumismo y reducir al máximo los residuos.
Restablecer la dimensión humana de los satisfactores así como revisar la prioridad social partiendo desde la necesidad del individuo y de igual modo promover el desarrollo económico y material en función de las necesidades interiores y reales del individuo y no a la inversa, es también otro de los grandes paradigmas del sistema de producción por reinstaurar.
Nuevas energías
Finalmente, tras citar ciertas medidas necesarias, hay que decir que disminuir la demanda energética no es toda la solución, es inevitable andar el camino del desarrollo de nuevas tecnologías que permitan a su vez estructurar un nuevo sistema de producción, que pueda darle a las palabras un nuevo significado, que en verdad signifiquen el cambio de dirección que la sociedad contemporánea demanda a los plutocratas del orbe. La educación es fundamental para desarrollar a las sociedades así como su capacidad para reinventarse y gestar ideas que representen un verdadero cambio de fondo, una verdadera evolución.