viernes, 8 de enero de 2010

Terremoto de Cinchona develó falta de prevención en catástrofes

A un año del terremoto, Gobierno en deuda con los informes oficiales

San José (elpais.cr) - A pesar de que la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), fijó en unos 500 millones de dólares la pérdidas por el terremoto de Cinchona, la Red Sismológica Nacional (RSN), de la Universidad de Costa Rica y del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), aseguró en el informe final la dificultad para cuantificar el daño.

El jueves 8 de enero, a las 13;21 horas, un fuerte sismo sacudió la región norte del Valle Central de Costa Rica, propiamente unos 40 kilómetros al norte de la ciudad capital, en el límite de las provincias de de Heredia y Alajuela.

El sismo tuvo una magnitud Mw 6,2, una profundidad de 6,0 km, una intensidad máxima de lX en la zona mesosísmica, un área de ruptura de unos 72 kilómetros cuadrados y está asociado con un callamiento denominado falla Ángel‐Varablanca de dirección NW‐SE, ubicado en el flanco este del volcán Poás. Este sistema de falla tuvo su última actividad en junio del 2005.

Las personas interesadas pueden consultarlo en la página web de la RSN, en la dirección: (http://www.rsn.geologia.ucr.ac.cr/ El documento consta de 138 páginas y en su elaboración participaron casi 20 profesionales, entre geólogos, sismólogos, vulcanólogos e ingenieros de la UCR y del ICE.

La presente actividad se inició el día miércoles 7 de enero de 2009, con un evento precursor de magnitud Md 4,6, que ocurrió en la zona cercana a la localidad de Varablanca a las 10 am. La actividad de réplicas fue continua por unas tres semanas y se registraron más de 1600 de magnitudes mayores a 2,5 Md. Se reportaron serios daños en carreteras y caminos, principalmente en la zona entre Cinchona y Varablanca, al norte de Heredia.

En viviendas y edificaciones hubo graves daños y alarma general en la población en la parte central del país, 25 personas fallecieron, y hay 17 personas desaparecidas. Algunas obras del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) ubicadas en la zona como la presas de PH Toro II y PH Cariblanco fueron afectadas parcialmente.

El servicio eléctrico sufrió averías serias en la zona del epicentro y en el área metropolitana se interrumpió por una hora. Los servicios telefónicos se saturaron también por al menos unas dos horas. Históricamente, la zona norte de las ciudades de Alajuela y Heredia, ha sido afectada por varios terremotos importantes, como fueron los ocurridos en 1851 (M 6,0), 1888 (M 6,0), 1911 (M 6,1), 1912 (M 6,1) y 1955 (M 5,8).

La última actividad sísmica previa al terremoto del 8 de enero del 2009 fue un enjambre sísmico ocurrido en la misma zona en junio y julio del 2005, relacionado con el sistema de falla Ángel‐Varablanca.

Daño

Del informe final emitido por la CNE para este terremoto (http://www.rsn.geologia.ucr.ac.cr/), se habla de unos 280.765 millones en pérdidas (unos $492 millones), pero la dificultad de cuantificar el daño, parte de informaciones difusas, donde ni siquiera la simple sumatoria de personas y familias afectadas concuerda con los totales que se mostraron en prensa o informes oficiales y cuando era de esperar que en un albergue, luego de un número aceptable de días de permanencia la cantidad de personas decrezca, en muchos de los números mostrados la cifra más bien tendió a aumentar.

¿Por qué del daño?

El informe sostiene que la zona más afectada no supera los 20 kilómetros cuadrados y estaba casi despoblada, solo con dos o tres pequeños caseríos y la mitad de muertes se dieron en un solo lugar ‐una soda‐ y la mayoría a lo largo de la ruta que zanja pendientes casi verticales, lo cual se aproxima a las estadísticas que indican que el 75% de muertes son causadas por el colapso de estructuras civiles, el 63% por colapso de estructuras de mampostería y un 23% por causas no estructurales o post‐evento y que los efectos provocados por terremotos son más nocivos que otros desastres (Loaiza & Biondet, referencia en marco conceptual, CEPAL, 2001).

Agrega que son determinantes del daño fueron las condiciones locales del suelo: elevadas pendientes de la región, saturación de humedad en los suelos, suelos de origen volcánico de baja consistencia, régimen hídrico de la zona y abundancia de quebradas y ríos.

Destaca que como muy probable que la deforestación contribuyera a la inestabilidad de los terrenos, la ocupación del suelo presenta un sobre uso importante en el sector de los poblados Los Cartagos y Cinco Esquinas, inestabilidad de los terrenos, aumentando su vulnerabilidad ante amenazas naturales como sismos, altos niveles de precipitación (entre 3.259,6 mm y 4.118,3 mm), inestabilidad de laderas, amenazas naturales como deslizamientos, erosión por pastoreo, barrancos, sismos históricos, fallas geológicas e inundación por acumulación de basura en los cauces, uso del suelo inadecuado (Hernando et al. 2003).

La ubicación de viviendas y carreteras en lugares de fuerte pendiente, definitivamente también contribuyó para que colapsaran y se deslizaran parcial o totalmente.

Producto de los abundantes deslizamientos, los ríos modificaron su dinámica debido al aporte de sedimentos a su cauce y los que de todas maneras poseen un potencial de amenaza alto en relación a avalanchas podrían aumentar esta amenaza, especialmente a inicios de la época lluviosa (ríos Poasito, Desengaño, Prendas, Tambor y Alajuela, cercanos a poblados como Fraijanes, Poasito y Los Cartagos).

Además de la magnitud (6,2 grados) y de la cercanía al epicentro, factores como el diseño de edificaciones con problemas estructurales que no siguieron el código sísmico, la pertenencia a grupos sociales de bajos ingresos, como lo evidencia el tipo de material y el diseño de las viviendas, agregados o ampliaciones a la estructura principal.

Asegura que ninguna casa sufrió impactos por avalanchas; la topografía de Sabana Redonda no permite la construcción de casas en el fondo de los cauces de ríos o quebradas y muchas construcciones fueron construidas sin la supervisión de un profesional en ingeniería o arquitectura y se otorgaron permisos de construcción en todas las municipalidades, sin que debieran hacerse.

Construcciones

El estudio explica que se podría achacar esta debilidad a la deficiente información técnica que poseían los propietarios en el momento de construir viviendas, lo cual podría indicar un carácter clandestino y si fuese así, la debilidad abarcaría a las instituciones encargadas de evitar este proceder.

Las iglesias, escuelas, restaurantes dañados o destruidos y la única fábrica tenían serias deficiencias constructivas y en contraste, la mayoría de los hoteles de más elevados niveles de control y técnica sufrieron daños menores, según la información aportada por el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA).

Recomienda el estudio realizar una evaluación de las prácticas de construcción. “Una de nuestras grandes preocupaciones es que hay evidencias preliminares de errores gravísimos de construcción, columnas que faltan, casas sobre rellenos con mala compactación... puede ser una señal de mucha edificación, sobre todo rural, que no sigue la normativa”.

Observaciones

Refiere que luego de una catástrofe surgen muchas voces, principalmente las que hacen referencia a que debieron haberse corregido múltiples elementos para que la misma no se produjese, surgen ofrecimientos varios, voces de alerta, campos pagados, cambios en requisitos legales, etc. hasta que todo queda otra vez en el olvido y vuelve el próximo desastre.

Advierte el estudio que mientras no haya una modificación en la cultura referente a la gestión del riesgo en el país, donde la memoria realmente se utilice, donde no se autoricen permisos en condiciones inapropiadas y el paradigma del desastre se base en una real planificación, no en una actitud improvisada, se seguirán recibiendo los embates de terremotos, inundaciones y demás desastres, algunos más, algunos menos. Un desastre es tal, hasta que afecta al ser humano, no antes.

¿Cuánto cuesta un desastre?

Los científicos precisan que uno de los primeros pasos antes de emitir cualquier planificación financiera, una de las preguntas elementales es ¿cuánto se necesita para realizar la acción? – pues bien, en materia de gestión del riesgo, debería conocerse con mayor detalle el valor real de un desastre, con el fin de tener una aproximación de lo que debe invertirse para minimizar los efectos de los próximos.

Información

En materia de recopilación de datos referentes al terremoto, de la misma forma como ha sucedido con un buen número de emergencias acaecidas en el país, señala que se revela un factor común: la dificultad de encontrar una manera estandarizada de recopilar la información relacionada con los diferentes sectores afectados y el lenguaje diferente utilizado por las diferentes instituciones.

Mientras que algunos sectores, facilitan información actualizada y hasta la publican con un sinnúmero de detalles, otros presentan escasa o nula información.

Por dicha razón, el dato final de lo que cuesta un desastre como el terremoto de Cinchona, no podrá ser definido con el mayor de los aciertos en el estudio, aunque sí con un amplio margen de proximidad, de acuerdo con el nivel de detalle que se ha utilizado.

Los estudios de la Contraloría determinaron que durante esta administración, la CNE se “autonombró” como unidad ejecutora en diversos proyectos y concentró la estimación del daño ocasionado por la emergencia, la elaboración de la solución, la organización del concurso de compra y la supervisión del control de calidad de los proyectos, siendo esta práctica contraria al principio de legalidad administrativa (y que obviamente redunda en la dificultad de normar la información).

Recordó que tres estudios previos de la contraloría ya lo habían señalado y hasta en medios de prensa de años anteriores se hablaba del asunto.

Destaca el estudio que los mismos informes de situación emitidos por la CNE, no guardan una relación coherente entre todos los temas que se incluyen dentro del mismo y ni siquiera en muchos de los casos en la acumulación de la información.

Inclusive, datos dentro de un mismo informe, difieren de una sección a otra; por ejemplo, un tema tan relevante como la cantidad de fallecidos, se menciona en el último informe oficial que “El sismo principal causó daños importantes a la población ocasionando hasta este informe 20 muertos…” (Informe No. 19, CNE) y en el mismo se indica luego, que los muertos son 23.

Esto es una muestra de la necesidad imperativa de normalizar la presentación de la información. Aún cuando una muerte puede cuantificarse en un costo, de acuerdo con valoraciones económicas de daños diversas (como la propuesta por CEPAL), no se presentó en el informe, por diversas razones.

Si a todas las instituciones que intervienen en un evento se les solicita la información con base en una base preestablecida, se tendrán mejores opciones de recibir los datos pertinentes; sino, seguirá quedando a la libre la manera de presentar los mismos.

Recomendaciones

Entre otras recomendaciones, propone “llevar un control pormenorizado de lo recibido y por parte de una entidad directora, con el fin de que un objeto tan noble como una donación, sea utilizado de la mejor manera. Sobra justificar este control…”.

En cuanto a planificación, sostiene que un plan de emergencias no es solo un documento que se escribe para cumplir un requisito, ni es un directorio telefónico, ni una serie interminable de pasos a seguir, ni un adorno en una biblioteca, sino que debe ser un instrumento práctico que sea utilizado y corroborado.

Además, debe contarse con personal que sepa qué hacer, cómo dirigir y qué acciones tomar en una situación de desastre, así como establecer las bases de comunicación entre las diferentes instituciones al momento de un evento. Debe saberse qué protocolos de acción seguir, los planes de acción por tomar y sobretodo, que se le de seguimiento a todo lo estipulado.

Dadas las reacciones de diversas instituciones, se encontraron deficiencias en las comunicaciones entre empresas, el ente rector pecó en muchos apartados, muchas personas sin práctica en la materia figuraron y entre otras se mencionó que Asociaciones administradoras de acueductos locales, conocidas como ASADAS, no tuvieron planes de atención de emergencias.

La falta de poner en práctica acciones en simulacros de valor, fue puesto en evidencia, como además quedó en claro en el sector salud, donde especialistas médicos llegaron incluso a manifestar que “tuvimos que construir procedimientos sobre la marcha”, destacando además la necesidad de una adecuada comunicación, según evidenció la Revista informativa oficial del Colegio de Médicos y Cirujanos, de marzo anterior.

En cuanto al impacto en las familias, resalta que además de que la mujer en muchos casos lleva la jefatura del hogar, en los programas de rehabilitación y reconstrucción resulta necesario diseñar programas y proyectos específicos que ellas mismas deberán llevar a la práctica.

“La gente que trabaja aquí es del pueblo; las mujeres en muchos casos amas de casa y jefas de hogar, suelen trabajar en labores agrícolas y quizá ahora no tienen con qué hacer frente a la situación y no se sabe a ciencia cierta las necesidades de este sector de la población”, concluye el estudio.

Informe de la Cruz Roja Costarricense sobre terremoto en Cinchona

San José (elpais.cr) - La Cruz Roja Costarricense (CRCR), rindió su informe a doce meses del terremoto de Cinchona, que afectó el 8 de enero del 2009 poblaciones de las provincias de Alajuela y Heredia.

El detalle del informe de la entidad de socorro es el siguiente:

220 millones de colones recibidos en donaciones fueron destinados a obras de bienestar social en comunidades afectadas

218 viviendas fueron reparadas gracias al aporte de distintos donantes

Hace una semana se entregaron 69 órdenes de compra por insumos para el sector agropecuario (pequeños productores)

Alimentos, artículos de higiene y kits de cocina se entregaron a las familias más afectadas

700 cruzrojistas han trabajado en la etapa de respuesta de la emergencia y fase asistencialista

Al conmemorarse un año del terremoto de Cinchona, evento que dejó 25 personas fallecidas, 5 desaparecidos y miles de personas afectadas, la Cruz Roja Costarricense presentó un informe en que detalló cada una de las acciones humanitarias en respuesta y recuperación emprendidas durante estos 12 meses y que se ejecutaron por medio de distintas donaciones de la empresa privada, gobiernos hermanos, sociedades de Cruz Roja de otros países y el pueblo de Costa Rica.

La tragedia del 08 de Enero del 2009 causó grandes daños tanto a viviendas, comercios, industrias, vías de comunicación, sector agropecuario y otros. Por lo que la Cruz Roja desarrolló el proyecto denominado “Plan de Acción” en que se brindó asistencia a los afectados y comunidades vulnerables.

Jesús Escalona, encargado de la ejecución del Plan de Acción comentó que las labores asistenciales se enmarcaron en metas específicas como atención de las necesidades básicas en las áreas de agua y saneamiento, alimentación, alojamiento temporal y salud en el primer mes de operación. Posteriormente en seguridad alimentaria, rehabilitación habitacional, agua y saneamiento, fortalecimiento de sus capacidades productivas además de fortalecer los procesos y sistemas para el manejo de operaciones de emergencia en los Comités Auxiliares de Cruz Roja ubicadas en la zona afectada.

Las tareas de la Cruz Roja se basaron a los dineros recibidos de otras sociedades de la Cruz Roja, población civil, socios estratégicos y la empresa privada, quienes durante todo el proceso estuvieron anuentes de cada uno de los avances y los resultados finales.

En la primera fase del Plan de Acción consistió en distribuir 4.115 diarios entre las familias afectadas, 218 viviendas fueron reparadas tras sufrir daños son el sismo, Se trabajó en la rehabilitación de los acueductos de las comunidades de San Rafael de Varablanca (Heredia), Dulce Nombre de San Isidro (Alajuela) y Sabanilla de Alajuela gracias al aporte de la Embajada de Alemania en Costa Rica y 500 familias recibieron kits de cocina e higiene para reponer los implementos perdidos en la emergencia.

Un total de 500 familias recibieron kits de cocina e higiene para reponer los implementos perdidos en la emergencia. También se trabajó en el fortalecimiento de capacidades institucionales capacitando 24 cruzrojista en los cursos de “Equipos Nacionales de Intervención a Desastres”, y luego con el taller de Directrices de Evaluación.

En la segunda fase se entregó 69 órdenes de compra en insumos y materiales agrícolas a productores de los sectores de San Miguel de Sarapiquí y San Pedro de Poás. ( Colonia, Virgen del Socorro, Pata de Gallo, Cariblanco, Varablanca, San Rafael de Vara Blanca, Cinchona, Sabana Redonda, Fraijanes y Poasito), siendo beneficiarios a los agricultores y ganaderos.

Las comunidades de Varablanca, San Pedro de Poás, y San Miguel de Sarapiquí recibieron talleres de capacitación en Primeros Auxilios Comunitarios, Brigadas Comunitarias de Emergencia, Análisis de Vulnerabilidad y Capacidades (AVC). Así como atención y capacitación Primeros Auxilios Psicológicos y Violencia Intrafamiliar.

Otro logro de la Cruz Roja fue ayudar a 4 familias de la zona afectadas por el desastre con una solución habitacional. Y la adquisición de una bodega móvil de equipo de respuesta que pueda facilitar la atención de las grandes emergencias como la ocurrida hace un año.

Agradecimiento

Miguel Carmona Jiménez, presidente de la Cruz Roja Costarricense extendió un sincero agradecimiento a las personas que por medio de la Benemérita se solidarizaron con los afectados del terremoto y resaltó el trabajo de los cruzrojistas que siguiendo los ideales de Henry Dunant (fundador del movimiento) trabajaron por meses para contribuir al desarrollo de las zonas con afectación.

“Una institución como la Cruz Roja, está en la obligación de ayudar al necesitado, de darle una mano a quienes en un desastre pierden sus pertenencias, nos solidarizamos con las familias de las 25 personas fallecidas y hacemos un tributo para resaltar a todos los voluntarios cruzrojistas por esa intensa y esmerada labor realizada durante el primer año desde que sucedió el terremoto” comentó Carmona.

Desde la tarde del jueves 8 de enero, más de 700 cruzrojistas han destinado su mejor esfuerzo para aliviar el dolor humano desde el momento de la respuesta a la emergencia y durante 12 meses se mantienen trabajando para mejorar las condiciones de vida de los principales damnificados.

Cada uno de los proyectos se logró con el aporte de donantes como Federación Internacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja, Cruz Roja Americana, Gobierno de la República Federal de Alemania, Gobierno de la República de Australia, Gobierno de la República Checa, diversas empresas privadas y la generosa ayuda de la población civil de Costa Rica, concluyó Carmona.

Informe técnico de la UCR sobre el terremoto de Cinchona

Redacción (elpais.cr) - La Red Sismológica Nacional (RSN), de la Universidad de Costa Rica y el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), entregó el siguiente informe sobre el terremoto de Cinchona, ocurrido el 8 de enero del 2010.

Señala que muchos sismos sentidos en Costa Rica y que tiene un área de daños muy localizada se originan por una falla, la cual es una ruptura en la corteza de dimensiones importantes.

Detalla que en algunas ocasiones, el sismo principal es antecedido por temblores denominados precursores o premonitores. La ruptura súbita (temblor principal) causa una zona de inestabilidad que sigue originando sismos réplicas hasta que encuentra su punto de equilibrio.

En el caso del terremoto de Cinchona, ocurrido el pasado 8 de enero, se dieron sismos precursores y réplicas. El informe incluye un conteo de los eventos de magnitud mayor o igual a 2,5, ya que son los percibidos por la población que se encuentra en la vecindad del área epicentral.

Cronología del terremoto

La actividad sísmica se inició el miércoles 7 de enero del 2009 a las 10 a.m. con un evento de magnitud 4,6. Entre esta hora y las 13:21 del jueves 8 de enero ocurrieron 39 sismos. Se tienen registrados un total de 40 sismos precursores de magnitud entre 2,5 y 4,6.

El jueves 8 de enero a las 13:21 hora local, un fuerte sismo (sismo principal) sacudió la región norte del Valle Central de Costa Rica, propiamente unos 40 km al norte de la capital, en las provincias de Heredia y Alajuela, magnitud del momento sísmico (Mw) 6,2, profundidad de 6 km, se estima una intensidad máxima en la escala Mercalli Modificada (MM) de IX en Cinchona e Isla Bonita, que son sitios que corresponden al área mesosísmica, es decir, al área de mayor impacto.

Durante el día 8 hasta la medianoche fueron registradas 62 réplicas con magnitudes entre 2,5 y 4,4.

El 9 de enero se registraron 123 réplicas, el 10 de enero 57 y el 11 de enero 24, todas ellas de magnitud por encima de 2,5 y por debajo de 4. Se observa que la cantidad de réplicas fue disminuyendo con el tiempo.

El 12 y el 13 de enero se da una situación particular aunque normal, la inestabilidad tectónica que causó el terremoto del 8 de enero provoca sismos en otras fallas vecinas, tanto hacia el norte del volcán Poás, como hacia el sur, cerca de Carrizal.

Por lo tanto, los 18 sismos registrados el 12 de enero y los 21 temblores hasta las 9 horas del 13 de enero son una mezcla entre réplicas originadas en la falla Varablanca-Ángel y sismos asociados en otras fallas vecinas, lo cual era de esperar. Se registraron más de 1 550 réplicas.

Los daños

El terremoto causó serios daños en el área, principalmente en Cinchona y Varablanca, al norte de Heredia y Alajuela. Desde el sismo de Limón no se registraban muertes.

Además, algunas obras del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), ubicadas en el área, como las represas hidroeléctricas de Toro II y Cariblanco, fueron afectadas parcialmente.

El servicio eléctrico presentó serias averías en el área epicentral y en el área metropolitana se interrumpió por una hora. Los servicios telefónicos se saturaron por al menos unas dos horas.

Origen

El origen del terremoto fue una falla en el flanco este del volcán Poás, con una longitud de 15 km y un rumbo aproximadamente Nor-noroeste y Sur-sureste.

Su movimiento fue oblicuo en dirección aproximadamente norte- sur, cuya ruptura de acuerdo con la distribución de las múltiples réplicas (más de 1 500) se extiende por unos 12 km horizontalmente y unos 7 km en su inclinación en profundidad, lo que generó un deslizamiento promedio a lo largo del plano de falla de 30 cm de resbalamiento y la evidencia de ruptura en la superficie de unos pocos centímetros de rumbo norte-sur y un movimiento de tipo normal (gravitacional), con un componente lateral izquierdo, lo que provocó que el sector oeste se movió hacia la izquierda.

El principal sistema de fallas que se pueden observar en las fotografías aéreas es en general de mediana longitud (menos de 20 km), a excepción de las fallas San Miguel, Volcán Viejo-Aguas Zarcas y Zarcero, que son de mayor longitud. Todas estas fallas cortan rocas volcánicas con edades inferiores a 600 000 años y en su mayoría tienen edades inferiores a entre 100 000 y 300 000 años, por lo que se consideran como Cuaternarias y potencialmente activas.

Además, este evento reactivó deslizamientos por la vibración símica en laderas de fuertes pendientes constituidas por suelos de origen volcánico, saturados e inestables. Estos deslizamientos fueron los causantes de una gran cuota de la destrucción.

Sismicidad histórica

Históricamente, el área ha tenido varios sismos importantes: 1851 (magnitud 6), 1888 (magnitud 6), 1911 (magnitud 6,1), 1912 (magnitud 6,1) y 1955 (magnitud 5,8).

Se han registrado en la zona de Poás y Bajos del Toro varios enjambres sísmicos en su mayoría de corta duración y magnitudes moderadas en 1980, 1982, 1986, 1990, 1997, 1998 y en junio y julio del 2004 y 2005, que demuestran la presencia de fallas activas.

Las intensidades máximas estimadas para el terremoto del 8 de enero pasado, con base en la información de campo y los daños observados, fueron de IX (MM) alrededor de la población de Cinchona, en donde se estimaron aceleraciones del suelo mayores a 1 g (aceleración de la gravedad).

En Varablanca, Poasito, Cartagos y Cariblanco fueron entre VII y VIII. Cerca de Alajuela y Heredia fueron de VI y en San José de V.

Las intensidades se atenuaron rápidamente dado que el sismo fue superficial, por lo que en provincias como Puntarenas, Limón y Guanacaste fueron de III y II.

Durante el período de 1992-2006, la Red Sismológica Nacional ha registrado en la Zona Norte del país un total de 1 866 sismos, de los cuales 776 son sismos de subducción de la placa del Coco bajo la placa Caribe y 1 090 son sismos superficiales (profundidades menores a 20 km) originados por fallamiento cortical local.

Durante el periodo 2004-2006, el ICE mantuvo una red sismológica local en la Zona Norte, con la que se localizaron con gran precisión gran cantidad de sismos. La mayor parte de los sismos se ubican en las estribaciones del norte de la cordillera Volcánica Central, con concentraciones de eventos principalmente en las cercanías del volcán Poás y en la falla Varablanca. En las llanuras del norte se observa cierta sismicidad, que se extiende en sentido aproximado noreste-suroeste y que podría corresponder con algunas fallas cubiertas por depósitos recientes (aluviones, avalanchas) no descritas todavía.

Reducción de riesgos

Es importante recalcar que Costa Rica es un país que se encuentra en una región tectónicamente muy activa, con actividad sísmica importante, ya sea asociada al proceso de subducción de la placa del Coco bajo la placa Caribe y microplaca de Panamá, así como por la interacción entre las placas Coco y Nazca o al fallamiento local.

Por esta razón, es imperativo que la población esté siempre preparada y que las construcciones se hagan apegadas a las reglamentaciones del Código Sísmico y el Código de Cimentaciones. Si estas leyes se cumplen adecuadamente se lograrán reducir considerablemente los daños y las muertes que pueden ocasionar futuros terremotos en Costa Rica.

Los daños del terremoto

23 muertos

17 desaparecidos

91 heridos

2 326 personas albergadas

25 albergues

63 misiones aéreas de rescate realizadas

249 movilizados y 15 trasladados a centros médicos

1 puente en Los Ángeles, Sarapiquí, arrasado

2 puentes en Poasito dañados

1 puente en Río Cuarto de Grecia caído

1 puente sobre el río Seco, en Bajos del Toro, colapsó

Viviendas destruidas en Poasito, Varablanca, Sabana Redonda, Río Cuarto, Cinchona, Infiernillo, Dulce Nombre de Alajuela, Santa Rosa de Poás y Barrio Fátima de Heredia.

Iglesia de Cinchona destruida.

Pérdidas estimadas en $100 millones.

(Fuente: Comisión Nacional de Emergencias)

Sismos mayores a 4 en la región de estudio

Año Mes Día Horas- Minutos Latitud Longitud Profundidad Magnitud
1992 Set. 2 16:09 10,298 -84,222 4,1 4,1
1992 Set. 3 00:31 10,433 -84,409 3,0 4,1
1992 Set. 14 08:31 10,179 -84,158 8,5 4,5
1993 Abr. 26 06:35 10,287 -84,415 0,9 4
1997 Jul. 19 14:25 10,228 -84,432 0,1 4,2
1998 Abr. 8 04:05 10,162 -84,179 5 4,2
2002 Jun. 7 02:32 10,307 -84,248 2,9 4,1
2005 Jun. 17 05:30 10,168 -84,185 1,8 4
Fuente: RSN (UCR-ICE)

jueves, 7 de enero de 2010

Geólogos advierten sobre deslizamientos en Cinchona

Zona inestable tras terremoto

Alonso Mata B. | amata@nacion.com

Pasados 36 4 días del terremoto de Cinchona —Sarapiquí, Alajuela— el riesgo en la zona del epicentro sigue latente y existen posibilidades de deslizamientos de tierra.

La advertencia la hicieron expertos del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), adscrito a la Universidad Nacional, quienes ayer visitaron el desaparecido poblado para ofrecer un informe sobre la topografía del terreno.

El sismo tuvo una magnitud de 6,2 grados en la escala de Richter y dejó como saldo 30 personas muertas y más de 700 casas destruidas.

Dionisio Alfaro, director de la Escuela de Geografía de la UNA, indicó que la inestabilidad de las laderas podría provocar aludes.

“Con la cantidad de lluvia que recibe la zona, si esos deslizamientos caen en los cauces de los ríos se podrían generar avalanchas”, detalló el experto.

Los geólogos recomendaron vigilar los cauces de los ríos, en especial el del Sarapiquí.

“El año pasado no hubo tanta lluvia. Este año parece que la situación será otra, la vigilancia es un elemento clave”, añadió Alfaro.

Pocos sismos. En cuanto a la posibilidad de que se produzca un sismo de una magnitud similar a del 8 de enero del 2009 en Cinchona y áreas aledañas, los expertos de Ovsicori detallaron que “pasarán muchos años” para que se registre un temblor parecido.

Juan Segura, director del Observatorio, detalló que desde mediados del año pasado en dichas zonas no se registran temblores perceptibles por la población.

Segura destacó la importancia de la planificación para para afrontar desastres naturales.

FOTOS
  • Nacion.com

    El terremoto destrozó todo el pueblo de Cinchona, el cual fue declarado inhabitable. La iglesia quedó en ruinas. José Díaz

EL ÚLTIMO VALIENTE

• Rafael Ángel Rivera se quedó para cuidar la escuela

Rafael Ángel Rivera tiene 64 años de edad y 18 de vivir en Cinchona. Se niega a salir de ese lugar.
Si don Rafael Ángel Rivera Núñez quisiera ver un rostro humano tendría que verse al espejo porque ya no le quedan vecinos. Él es el único que sigue viviendo en Cinchona, en las montañas de Alajuela.

No tiene electricidad, cocina con gas, se abastece de comida cuando pasa algún ganadero pero aun así es feliz. En su soledad pasa los días enteros y en las noches reza para que no se venga otro meneón.

¿Por qué sigue viviendo ahí?, le preguntamos. “Bueno, es que tengo que cuidar la escuela, que no se roben nada”, contestó Rivera, de 64 años. Y es cierto, reside en una casita dentro del centro educativo.

“La verdad sí me da mucho miedo estar aquí pero es que no tengo dónde ir. Al menos aquí estoy tranquilo. Cuando ocupo comida tengo que salir hasta Cariblanco y caminar una hora o esperar que un ganadero haga algún viaje”, relató a DIARIO EXTRA.

“Siempre paso pensando que va a temblar, es un trauma que uno no logra sacarse”, recalcó el hombre, quien hace 18 años llegó a Cinchona.

“Es extraño saber que todo mundo se fue y queda uno solo aquí.

Ojalá que pronto se pueda empezar a construir la Nueva Cinchona en Cariblanco y ver de nuevo a los que fueron amigos y vecinos”, agregó.

Rivera asegura que recibe una ayuda del gobierno para pagar el alquiler de su casita.

“Si por mí fuera me quedo en Cinchona para siempre, pero cuando estén los nuevos hogares podría pasarme. Aquí estoy bien”, concluyó Rivera, feliz de la vida.

Candidatos critican a Gobierno por retraso en ayuda a Cinchona

Otto Guevara, Ottón Solís y Luis Fishman afirman que falta liderazgo

Laura Chinchilla considera que trámites pueden dilatar soluciones

131 ciudadanos de Cinchona ahora votarán en junta receptora de Ujarrás

Jairo Villegas S. | jvillegas@nacion.com

Tres candidatos a la presidencia arremetieron contra el Gobierno porque la mayoría de damnificados con el terremoto de Cinchona todavía no tienen un sitio para vivir.

Esos aspirantes a Zapote son Otto Guevara (Libertario), Ottón Solís (Acción Ciudadana) y Luis Fishman (Unidad Social Cristiana).

Por su parte, la candidata Laura Chinchilla (Liberación Nacional), considera que el exceso de trámites puede retrasar la concreción de las ayudas para esas personas.

Hasta diciembre pasado, todavía esperan por una vivienda 770 familias de las 1.095 que perdieron su sitio para vivir.

El desastre, de 6,2 grados en la escala de Richter, ocurrió el 8 de enero del 2009 y dejó un saldo de 30 fallecidos.

Entre tanto, muchos damnificados viven con amigos, familiares o en lo que quedó de sus casa.

Además, algunos alquilan con un subsidio inferior a ¢100.000 mensuales que les otorga el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS).

Para Otto Guevara, esta situación es “inaceptable”.

“No han resuelto cosas tan sencillas como restablecer el paso por la carretera o canalizar los recursos dados por el sector privado y que están orientados a construir viviendas.

“Hay ausencia de liderazgo por parte del Ejecutivo y fue calentura de un día los ofrecimientos hechos por el Gobierno”, afirmó Guevara.

Por su parte, Ottón Solís sostuvo que el Gobierno “abandonó” a las familias damnificadas.

“Lo hemos denunciado, prefieren plata para corrupción que para las necesidades de la gente. No hay excusas de que los procedimientos retrasan las ayudas porque hay un decreto de emergencia”.

Para Luis Fishman, Cinchona —en el distrito de Sarapiquí, cantón Central de Alajuela— constituye un ejemplo de la “incapacidad” del Gobierno.

Agregó: “También se ha mostrado incapaz en el tema de seguridad ciudadana, en generar empleo, en impedir el empobrecimiento de los costarricenses”.

Trámites. Laura Chinchilla dijo que se deben revisar los trámites que puedan frenar las soluciones a los problemas de las comunidades afectadas por el terremoto.

“En términos generales, la administración pública tiene gran lentitud (por el exceso de trámites) y mucha de esa lentitud se manifiesta en la compra de terrenos, avalúos y permisos de construcción”.

El Gobierno ha alegado que los procesos y trámites han sido engorrosos y que ha tenido problemas para hallar terrenos disponibles en zonas aledañas al terremoto, para construir las casas.

Desapareció. Por otra parte, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) informó de que desapareció el distrito electoral de Cinchona.

Allí había una mesa de votación y, hasta enero del año pasado, los electores inscritos eran 131.

Ahora, esas personas podrán votar, pero en el distrito electoral de Ujarrás, una comunidad cercana al sitio donde estaba Cinchona.

Ahí se abrirán dos mesas de votación pues el número de personas inscritas es de 636.

En Ujarrás votaban, a enero del año anterior, 497 personas.

El Tribunal no precisó si algunos vecinos de Cinchona pidieron cambio de domicilio electoral a otras comunidades. Colaboró Alonso MAta B., redactor.

FOTOS

  • Nacion.com

    Esta vivienda, como muchas más en Cinchona, sucumbió ante la fuerza del terremoto de hace un año. José Díaz

¿Qué esperan?

Nacion.com
‘Necesitamos vivienda’

Nombre: Jesús Segura.

Edad: 28 años.

Vecino: Cinchona, Alajuela.

“Lo que queremos del próximo presidente, sea quien sea, es vivienda. Ya ha pasado un año y eso va lento. Nos han dicho que las casas ya están, pero nada se concreta; falta más apoyo”.

Nacion.com
‘Urge que hagan la carretera’

Nombre: Dila Méndez.

Edad: 58 años.

Vecina: Cariblanco, Alajuela.

“Lo que nos hace falta, y con mucha urgencia, es la carretera a Cariblanco. Si la construyen todo mejoraría porque habrá más posibilidades de conseguir empleo. Toda esta zona carece de fuentes de trabajo, únicamente está El Ángel (fábrica de jaleas)”.

Nacion.com
‘Deben volver los ojos hacia acá’

Nombre: Carlos Mora.

Edad 45 años.

Vecino: Ujarrás, Alajuela.

“El Gobierno ha actuado, pero ha sido lento. Necesitamos mejores calles y trabajos”.

¿Qué proponen?

Laura Chinchilla. Para facilitar las ayudas en casos de desastres, la candidata verdiblanca propone crear un consejo nacional de competitividad, que ella misma presidirá. “Ya tenemos mapeado los trámites más engorrosos y será nuestra prioridad (reducirlos)”.

Otto Guevara. Para el libertario, lo que se requiere es liderazgo para hacer las obras. “Ofrezco un presidente ocupado en los problemas de Costa Rica; no me verán resolviendo los problemas de hondureños o palestinos. Tendré un estilo gerencial fuerte”.

Ottón Solís. El candidato de Acción Ciudadana propone ser austero para tener recursos para atender este tipo de casos. “Ahorraremos miles de millones de colones en desperdicios y seremos efectivos y eficientes”.

Luis Fishman. El socialcristiano afirma que, de llegar a la presidencia, él mismo dirigirá las acciones de ayuda. “Uno debe estar encima para que funcionen. Se requiere eficiencia, liderazgo, responsabilidad y voluntad”.

EN CINCHONA NO QUEDA UN ALMA

• Pueblo más afectado por terremoto es fantasma un año después

MARCELINO RIVERA SALAZAR
mrivera@diarioextra.com
Fotos: Gesline Anrango

Desde el 15 de julio los vecinos de los poblados cercanos no reportan temblores y el Ovsicori lo confirma.
Cinchona, Alajuela.- Mañana se cumplirá un año de aquella trágica tarde de jueves en que el país entero se tiñó de luto, llanto y pánico.

Un terremoto de 6,2 grados Richter sacudió a Costa Rica con furia y provocó la muerte de 25 personas y decenas de desaparecidos, dejó a 500 familias sin casa y pérdidas por $58 mil millones en infraestructura, agricultura y comercio.

Un año después de ese movimiento telúrico en Cinchona, el corazón del terremoto, no queda un alma.

El pueblo entero desapareció y la población ya no está. Esa tarde del 8 de enero de 2009 casi todas las viviendas en ese poblado alajuelense se derrumbaron y las que no sufrieron daños severos que las dejó inhabitables.

Solo una persona vive en Cinchona, lugar en el que residían más de 100 familias, que han sido ubicadas en otras regiones (ver nota aparte).

DIARIO EXTRA visitó el sitio, que existe solo en la memoria de quienes lo conocieron porque prácticamente está borrado del mapa.

El peligro es latente porque el terreno aún está flojo y los derrumbes podrían volver en cualquier momento.

“Este es un pueblo que desapareció por completo y no puede volver a ser habitado”, dijo Dionisio Alfaro, geógrafo de la Universidad Nacional, quien integró una comisión de esa institución que visitó el lugar del epicentro.

YA NO TIEMBLA

Juan Segura, director del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), manifestó que desde el 15 de julio de 2009 no se reportan sismos percibidos por habitantes de pueblos cercanos. Ese día se percibió uno de 2,6 grados y fue el último.

Segura expresó que aunque podrían pasar más de 100 años para que se presente un sismo como el del 8 de enero, aunque el peligro está latente “porque la tierra todavía se está acomodando.

Lo más crítico ya pasó pero sigue lo más triste, que es la recuperación”.

Esa estabilidad en los sismos se extiende también a lugares vecinos como Los Cartagos, Varablanca, Poás, Cariblanco y San Miguel de Sarapiquí en Alajuela.